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Promotora e Incubadora de Organizaciones Solidarias

¿Conviene a las cooperativas que los socios participen activamente?

Ramón Imperial

¿Conviene a las cooperativas que los socios participen activamente?

En muchas cooperativas, esta pregunta se susurra en pasillos, se evita en reuniones y rara vez se plantea de manera abierta. ¿Por qué? Porque detona un debate profundo, desafiante y necesario. Un debate que toca nervios sensibles, cuestiona formas establecidas y pone sobre la mesa el corazón mismo del modelo cooperativo: la participación de sus socios.

¿De verdad conviene a las cooperativas que sus socios participen activamente? La respuesta, si se mira desde la esencia del cooperativismo, es un sólido y rotundo sí. Pero si se examina desde las prácticas cotidianas de muchas cooperativas, la cosa se vuelve más compleja, contradictoria y, a veces, hasta incómoda.

Este artículo propone una reflexión crítica, honesta y provocadora. Porque si queremos fortalecer al movimiento cooperativo, no podemos seguir eludiendo esta cuestión. Hay que mirar de frente.

La participación activa como columna vertebral del cooperativismo

El modelo cooperativo se sostiene sobre principios. No son adornos teóricos, son guías operativas. Entre ellos, el segundo principio es contundente: control democrático por parte de los socios.

Eso significa que los socios no solo tienen derecho a votar, sino a:

  • Informarse sobre la gestión.
  • Deliberar sobre el rumbo.
  • Cuestionar decisiones.
  • Proponer nuevas ideas.
  • Exigir rendición de cuentas.

Una cooperativa donde los socios están pasivos, desinformados o desinteresados pierde su naturaleza. Podrá tener estructura legal, productos competitivos, incluso reconocimiento institucional, pero no es una verdadera cooperativa. Es una empresa disfrazada de cooperativa.

Pero… ¿a todos les conviene que los socios participen?

Y aquí viene la tensión. Porque, aunque en el discurso se aplaude la participación, en la práctica puede incomodar, molestar o incluso amenazar ciertos equilibrios de poder.

  1. A la cooperativa como organización, sí le conviene

Desde su razón de ser, una cooperativa se enriquece cuando sus socios participan. Porque:

  • Se fortalece la identidad.
  • Se detectan más rápido los problemas.
  • Se aprovechan mejor los conocimientos diversos.
  • Se evita la burocratización.
  • Se construye legitimidad y sentido de pertenencia.

Las cooperativas que fomentan una participación activa, informada y crítica son más resilientes, más democráticas y más sostenibles en el tiempo.

  1. A los directivos, no siempre les conviene

La participación activa de los socios implica mayor vigilancia, mayor rendición de cuentas y menor espacio para decisiones unilaterales.

En cooperativas donde el Consejo de Administración se ha convertido en un círculo cerrado, donde se repiten los mismos liderazgos durante años, donde se teme la renovación, la participación activa se vuelve una amenaza.

Soci@s más crític@s pueden:

  • Exigir transparencia.
  • Denunciar irregularidades.
  • Promover elecciones competitivas.
  • Cuestionar alianzas o contrataciones opacas.

Por eso, en algunos casos, la participación se simula: se convoca a asambleas sin debate, se presentan informes cerrados, se limita el acceso a la información.

  1. A la gerencia, puede sacarla de su zona de confort

Un gerente en una cooperativa con socios activos no tiene una gestión fácil. Tiene una gestión vigilada, discutida, cuestionada. Debe justificar decisiones, explicar resultados, dialogar con sectores diversos.

Para algunos gerentes, esto puede ser una carga. Para otros, una oportunidad de hacer gestión con sentido, con apoyo de la base social.

El problema es cuando se construyen gerencias con lógicas empresariales, desligadas de la democracia interna. Allí, la participación activa incomoda porque impide decisiones verticales, porque exige más que resultados financieros: exige coherencia con el proyecto cooperativo.

  1. Al personal empleado, puede no parecerle lo más cómodo

Muchos trabajadores de cooperativas no están formados en cooperativismo. Ven a los socios como usuarios, como clientes. No comprenden que son los dueños legítimos de la organización.

Cuando los socios comienzan a ejercer su condición de dueños, preguntan, exigen, critican. Eso puede ser visto como una molestia.

Pero si se forma adecuadamente al personal, si se construye una cultura de respeto mutuo, el diálogo entre socios y empleados puede enriquecer la calidad del servicio, el sentido del trabajo y la cultura organizacional.

Romper el paradigma del socio pasivo

En muchas cooperativas se ha naturalizado la figura del socio pasivo: el que sólo consume, el que asiste a la asamblea para aplaudir, el que vota lo que le indican, el que no molesta.

Ese modelo puede funcionar un tiempo, pero es inviable a largo plazo. Porque:

  • Se debilita la democracia.
  • Se genera desconfianza.
  • Se abre espacio a la corrupción o ineficiencia.
  • Se pierde el sentido educativo y transformador del cooperativismo.

Una cooperativa viva necesita socios críticos, informados, participativos. No por romanticismo, sino por estrategia.

La participación activa construye poder colectivo

Un socio activo no solo fiscaliza. También propone. Aporta ideas. Defiende la cooperativa ante amenazas externas. Moviliza a otros. Se vuelve embajador del proyecto.

  • En cooperativas de ahorro y crédito: puede impulsar mejores productos financieros.
  • En cooperativas de vivienda: puede dinamizar la vida comunitaria.
  • En cooperativas de salud: puede promover la prevención y el autocuidado.
  • En cooperativas de trabajo: puede fortalecer la gestión participativa.

Donde hay participación real, hay comunidad. Hay sentido de pertenencia. Hay resistencia frente a la adversidad.

Pero… ¿cómo fomentar esa participación?

No basta con convocar a una asamblea una vez al año. Hay que construir condiciones para que la participación suceda:

  • Educación cooperativa permanente: formar en principios, derechos, responsabilidad.
  • Transparencia total: acceso sencillo a información relevante.
  • Espacios diversos de participación: comités, foros, encuestas, cabildos.
  • Escucha activa de las autoridades: recoger inquietudes y responder con respeto.
  • Reconocimiento a los aportes: valorar la iniciativa, celebrar el compromiso.

Reflexión final: la participación no es un riesgo, es la razón de ser

Algunos directivos o gerentes pueden ver la participación activa como un riesgo. Y lo es. Es un riesgo para el autoritarismo, para la comodidad, para la opacidad.

Pero es también la mayor fortaleza de una cooperativa. Es lo que la diferencia de cualquier empresa convencional. Es lo que garantiza que no se pierda el rumbo. Que no se convierta en una estructura vacía.

La participación activa de los socios no solo conviene. Es imprescindible.

Porque una cooperativa donde los socios son protagonistas:

  • Es más justa.
  • Es más transparente.
  • Es más innovadora.
  • Es más fuerte.

Y sobre todo: es más cooperativa.

¡Que nadie nos convenza de lo contrario!

Invitemos a participar. Eduquemos para participar. Creamos en la participación.

Porque solo así, el cooperativismo será lo que está llamado a ser: una economía al servicio de las personas, construida por ellas mismas.

Este artículo forma parte de la serie Pensamiento Cooperativo Crítico | Reflexión y Conciencia desarrollada por Ramón Imperial Zúñiga para Pinos-Coop.

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¿Quién define el éxito en una cooperativa?

En el mundo empresarial tradicional, el éxito se mide con cifras claras: ganancias, crecimiento, rentabilidad, retorno de inversión. Las métricas están bien establecidas y son aceptadas casi sin discusión. Sin embargo, cuando hablamos de cooperativas, esa definición no solo se vuelve insuficiente: puede llegar a ser engañosa.

Las cooperativas no son empresas como cualquier otra. Son empresas sociales, con una doble naturaleza: económica y solidaria. Generan bienes y servicios, pero también construyen comunidad, fortalecen la democracia y transforman vidas. Por eso, en una cooperativa, preguntarse quién define el éxito no es una pregunta secundaria: es una cuestión esencial.

Éxito según los números: una mirada limitada

En muchos espacios cooperativos, se ha adoptado de forma acrítica el lenguaje de la empresa tradicional. Se habla de éxito en términos de:

  • Crecimiento en activos.
  • Rentabilidad financiera.
  • Número de sucursales.
  • Expansión territorial.
  • Volumen de operaciones.

Y si bien estos indicadores son importantes para la sostenibilidad, no pueden ser los únicos ni los principales. Una cooperativa puede crecer en números y al mismo tiempo alejarse de su identidad, de su base social, de sus principios.

Es cierto que las cooperativas necesitan estabilidad económica, liquidez y solvencia para operar y cumplir sus fines. Pero cuando esos fines se subordinan a las métricas, cuando el éxito se reduce al balance financiero, corremos el riesgo de vaciar de contenido al cooperativismo.

El riesgo de parecerse demasiado a una empresa convencional

Cuando el éxito se mide solo con criterios financieros, muchas cooperativas terminan pareciéndose demasiado a las empresas capitalistas que supuestamente vinieron a transformar. Se vuelve más importante el balance que la participación, más relevante la rentabilidad que la equidad, más central la eficiencia que el empoderamiento.

Esto se traduce en:

  • Socios convertidos en clientes.
  • Directivos que se eternizan y toman decisiones cupulares, sin consultar a la base.
  • Gerencias que priorizan indicadores antes que el impacto social o comunitario.
  • Asambleas sin debate, donde todo ya está definido de antemano.
  • Empleados sin formación cooperativa, que repiten rutinas sin comprender el propósito profundo de su organización.

Y al final, éxito sin alma. O peor: éxito aparente que erosiona lentamente el sentido profundo del cooperativismo.

Éxito desde la identidad cooperativa

Una cooperativa que se respeta a sí misma debería preguntarse periódicamente:

  • ¿Estamos cumpliendo nuestro objeto social?
  • ¿Cómo impactamos en la vida concreta de nuestros socios y su entorno?
  • ¿Estamos construyendo poder colectivo o solo gestionando servicios?
  • ¿Cuánta participación real hay en nuestras decisiones?
  • ¿Quiénes se benefician del crecimiento institucional? ¿Toda la base social o solo una cúpula?
  • ¿Estamos fortaleciendo o debilitando la identidad cooperativa?

Responder a esas preguntas es redefinir el éxito. Porque una cooperativa exitosa no es solo la que crece, sino la que transforma. No solo la que compite, sino la que coopera. No solo la que genera resultados, sino la que genera conciencia.

Algunos ejemplos para reflexionar

  • Una cooperativa financiera que otorga millones en crédito, pero excluye a los pequeños productores o a los sectores informales. ¿Es eso éxito? ¿O es repetir la lógica excluyente de la banca tradicional?
  • Una cooperativa de salud con instalaciones modernas y costosos equipos, pero sin espacios de participación de los usuarios, sin formación en prevención o sin atención humana. ¿Es eso éxito?
  • Una cooperativa de vivienda que entrega casas rápidamente, pero sin procesos de integración barrial, sin acompañamiento para la convivencia, sin acceso a servicios básicos. ¿Es eso éxito?
  • Una cooperativa agropecuaria que exporta grandes volúmenes, pero invisibiliza a las mujeres productoras, no invierte en prácticas sustentables y concentra el poder en pocos liderazgos. ¿Es eso éxito?

Si en todas estas experiencias se prioriza lo financiero sobre lo humano, lo inmediato sobre lo sustentable, el éxito puede ser una trampa. Una trampa disfrazada de eficiencia que esconde la pérdida de sentido.

El rol de cada actor en la definición del éxito

Los socios deben recuperar su rol de dueños. No pueden conformarse con ser beneficiarios pasivos ni consumidores de servicios. Tienen el derecho y el deber de exigir una gestión alineada con la misión cooperativa. El éxito debe medirse también por cómo mejora su vida, su entorno, su participación.

Los directivos tienen la responsabilidad política de conducir la cooperativa de acuerdo con sus principios. Eso implica resistir la presión de medir todo con parámetros empresariales clásicos, e impulsar procesos de rendición de cuentas, participación real y renovación de liderazgos.

Los gerentes deben comprender que su rol es estratégico, pero que no son “dueños” de la cooperativa. Deben gestionar con eficiencia, sí, pero con ética cooperativa. El éxito operativo debe ser un medio para alcanzar fines sociales, no al revés.

Los empleados y colaboradores también deben ser parte de esta reflexión. Necesitan formación en identidad cooperativa y espacios para comprender cómo su trabajo impacta en la misión institucional. No son técnicos neutros: son actores clave del modelo.

Nuevas formas de medir el éxito

Para avanzar hacia una visión cooperativa del éxito, necesitamos también nuevos instrumentos, indicadores y formas de evaluación. Algunos ejemplos concretos podrían ser:

  • Niveles de participación efectiva: No solo cuántas personas asisten a la asamblea, sino cuántas proponen, debaten, inciden.
  • Percepción de pertenencia: ¿Los socios se sienten escuchados? ¿Se identifican con su cooperativa o la ven como un prestador de servicios?
  • Equidad interna: ¿Se distribuyen los beneficios de manera justa? ¿Hay desigualdad en los accesos, los créditos, los apoyos?
  • Transformación territorial: ¿La cooperativa mejora el entorno en el que opera? ¿Fortalece la economía local? ¿Promueve la justicia social?
  • Educación y conciencia cooperativa: ¿Hay programas formativos? ¿Se entiende qué es una cooperativa más allá de sus productos?
  • Alianzas solidarias: ¿Se aplica el sexto principio cooperativo? ¿Se apoya a otras cooperativas, se articula con redes comunitarias?

Autocrítica necesaria, no para destruir sino para reconstruir

Este artículo no es un ataque contra las cooperativas exitosas. Es una invitación a revisar qué entendemos por éxito y a quién le sirve esa definición. No hay nada malo en crecer, en profesionalizarse, en innovar. Lo peligroso es perder el rumbo. Dejar de preguntarse para qué existimos. Y eso, tarde o temprano, afecta la sostenibilidad, la confianza, la legitimidad.

Hacer autocrítica no es debilidad, es coherencia. No es retroceder, es corregir el camino antes de perdernos en una ruta que no nos pertenece.

Conclusión: redefinir el éxito es un acto de coherencia

En un mundo que idolatra el éxito individual, el cooperativismo tiene una oportunidad histórica: demostrar que otra forma de medir el progreso es posible. Una forma donde el crecimiento va de la mano con la justicia, donde la eficiencia convive con la democracia, donde la rentabilidad está al servicio del bien común.

Redefinir el éxito es volver al origen. Es recordar que las cooperativas no nacieron para ser las más grandes, sino las más humanas. No para competir como las empresas tradicionales, sino para demostrar que el desarrollo con dignidad y equidad es posible.

Porque el verdadero éxito de una cooperativa no se mide solo en balances… se mide en vidas transformadas, comunidades fortalecidas y sueños colectivos que se hacen realidad.

Ese es el tipo de éxito que necesitamos recuperar.

Ese es el tipo de éxito que vale la pena defender.

 

Este artículo forma parte de la serie Pensamiento Cooperativo Crítico | Reflexión y Conciencia desarrollada por Ramón Imperial Zúñiga para Pinos-Coop.

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El ser humano en el centro: Cooperativismo y la defensa del individuo en la economía solidaria

En los debates contemporáneos sobre modelos económicos, se suele presentar un falso dilema: o bien se prioriza el capital y la competencia individual como en el capitalismo, o se privilegia al colectivo en detrimento del individuo, como ha ocurrido en versiones autoritarias del comunismo o el socialismo estatista.

En medio de ese escenario polarizado, el cooperativismo emerge como una propuesta distinta: una economía con rostro humano en la que la comunidad importa, sí, pero donde la persona no se pierde ni se diluye. Cada socio es sujeto activo, con derechos, responsabilidades y poder real. Ni pieza del engranaje capitalista, ni número anónimo en la masa colectiva: persona completa, con voz, voto y dignidad.

Entre dos extremos que reducen a la persona

El capitalismo, con su énfasis en la propiedad privada y la maximización del beneficio individual, ha llevado a una creciente concentración de riqueza. En este sistema, el valor de las personas suele medirse por su capacidad de producir, consumir o competir. Quien no puede hacerlo —por pobreza, discapacidad, edad, género o condición— es marginado del sistema. La lógica es clara: quien no genera rentabilidad, no cuenta.

En este modelo, el éxito económico personal se convierte en medida de valor humano, y las relaciones sociales se reducen a contratos transaccionales. La empresa tradicional refleja esta lógica: lo que importa es el capital, no quién lo produce.

Por otro lado, el comunismo autoritario y ciertas formas de socialismo estatal han sacrificado la libertad individual en nombre de la colectividad o del Estado. La planificación centralizada ha sustituido la autonomía personal; la voz disidente ha sido silenciada en pro de la unidad. La persona desaparece en la masa, y la diversidad es vista como amenaza. La comunidad se vuelve una abstracción que justifica la anulación del individuo.

El resultado en ambos casos es el mismo: la persona deja de ser el fin y se convierte en medio. Se deshumaniza la economía.

El cooperativismo como tercera vía humanizadora

El cooperativismo, en cambio, se funda en un principio ético radical: las personas por encima del capital, pero también por encima del poder del Estado.

En una cooperativa:

  • Cada persona vale lo mismo: un socio, un voto.
  • La propiedad es compartida, pero el protagonismo es personal.
  • La participación no es formal, es sustantiva.
  • La comunidad es importante, pero solo si se construye desde la libertad individual.

El cooperativismo propone un equilibrio entre lo colectivo y lo individual. El grupo no aplasta a la persona; la empodera. La comunidad no sustituye la autonomía; la fortalece.

Una economía con identidad y conciencia

Las cooperativas no son simples mecanismos de distribución más justa. Son proyectos económicos con identidad. No están llamadas solo a “mejorar condiciones” en un sistema desigual, sino a transformar la forma misma en que entendemos la economía.

Y esa transformación empieza por entender que el ser humano no es una variable de ajuste. No es recurso humano. Es sujeto. Y como sujeto:

  • Tiene derecho a decidir.
  • Tiene derecho a formarse.
  • Tiene derecho a disentir.
  • Tiene derecho a ser protagonista.

El cooperativismo, cuando se vive con autenticidad, resiste la despersonalización del capitalismo y la homogeneización del colectivismo.

Casos donde el equilibrio se pierde

Aunque el modelo cooperativo está diseñado para poner a la persona en el centro, no siempre lo logra en la práctica. Veamos algunos ejemplos:

  • En cooperativas financieras, a veces se priorizan los indicadores contables por encima de las necesidades reales de los socios. Se ofrece crédito al que menos lo necesita y se margina al que más lo requiere, repitiendo la lógica bancaria.
  • En cooperativas de salud, la burocracia interna puede convertirse en un obstáculo para el trato humano y empático, priorizando protocolos por encima de las historias individuales.
  • En cooperativas de vivienda, es común que los procesos de construcción o asignación de espacios se den sin consultar adecuadamente a las personas que habitarán esas viviendas.
  • En cooperativas de trabajo asociado, se han registrado casos donde la toma de decisiones está concentrada en grupos reducidos, y el resto de los socios se convierte en fuerza laboral sin participación efectiva.

En todos estos casos, el cooperativismo pierde su alma cuando pierde de vista al ser humano.

Participar es ser reconocido como sujeto

En el cooperativismo, la participación no debe ser decorativa. Tiene que ser real. Y eso implica:

  • Generar espacios de deliberación donde las personas puedan expresar sus opiniones.
  • Diseñar mecanismos inclusivos donde todas las voces cuenten, incluso las críticas.
  • Formar a los socios para que entiendan, analicen y decidan con responsabilidad.

Cuando eso ocurre, el socio no es un cliente, ni un espectador, ni un voto ocasional. Es un actor pleno.

El poder de la persona como base de la comunidad

Hay una verdad fundamental que sostiene al cooperativismo: no existe comunidad verdadera sin individuos empoderados.

La comunidad no es una suma de masas obedientes. Es un tejido de personas que piensan, sienten, proponen, dudan, sueñan. Y solo cuando esas personas tienen espacio para desarrollarse, la comunidad puede crecer en autenticidad.

El cooperativismo cree en el poder de lo colectivo, pero no como imposición, sino como acuerdo libre entre iguales. Cree en la construcción de consensos, no en la uniformidad impuesta. Cree en la diversidad, no en la obediencia ciega.

Educación cooperativa: clave para el protagonismo

Una de las herramientas más potentes para poner al ser humano en el centro es la educación cooperativa. Formar no solo en conceptos financieros o administrativos, sino en:

  • Pensamiento crítico.
  • Participación democrática.
  • Ética del cuidado.
  • Derechos y responsabilidades.

Solo una base social educada puede ejercer su rol protagónico. De lo contrario, la cooperativa corre el riesgo de caer en manos de élites internas, alejadas de la voluntad y necesidades del colectivo.

Desafíos para todos los actores

  • Socios y socias: no aceptar ser espectadores. Involucrarse, preguntar, formarse, exigir.
  • Consejos de administración: garantizar que cada decisión refleje el sentir de las personas, no solo los indicadores.
  • Gerentes: gestionar con eficiencia, pero sin olvidar que cada número representa una historia humana.
  • Equipos técnicos: construir desde el conocimiento, pero dialogando con la experiencia de la base social.

Conclusión: sin personas, no hay cooperativismo

En tiempos donde la tecnología, la automatización y la economía de plataformas tienden a despersonalizar las relaciones, el cooperativismo debe reafirmar su esencia: la economía al servicio de las personas, no las personas al servicio de la economía.

El cooperativismo es una apuesta valiente por un modelo donde la comunidad potencia al individuo y el individuo sostiene a la comunidad. Donde el poder se comparte, el saber se democratiza y la dignidad se respeta.

Hoy más que nunca, necesitamos cooperativas que no olviden para qué existen: para que cada persona viva mejor, con otros, en libertad, equidad y responsabilidad compartida.

Ese es el centro. Esa es la diferencia.

Ese es el verdadero rostro humano de la economía solidaria.

🖋️ Este artículo forma parte de la serie Pensamiento Cooperativo Crítico | Reflexión y Conciencia desarrollada por Ramón Imperial Zúñiga para Pinos-Coop.

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Participar no es suficiente: el reto de una participación transformadora

En el imaginario cooperativo, la participación ha sido siempre una piedra angular. “Una persona, un voto” es mucho más que una fórmula democrática: es la expresión de un modelo económico que pretende devolver el poder a quienes lo producen. Sin embargo, en la práctica cotidiana de muchas cooperativas, la participación se ha convertido en un ritual, una formalidad que se agota en la asamblea anual o en la elección periódica de dirigentes.

¿Es eso realmente participar? ¿O estamos confundiendo presencia con incidencia, y consulta con empoderamiento?

Este artículo propone una reflexión profunda sobre la participación de los socios en las cooperativas, no como un derecho cumplido, sino como un campo de disputa, de construcción permanente, de innovación y de poder compartido. Porque participar no es suficiente. Lo que necesitamos es una participación transformadora.

Participar no es asistir, es construir

Demasiadas veces se mide la participación por el número de asistentes a una asamblea, por la cantidad de votos emitidos o por el cumplimiento de los procedimientos estatutarios. Pero la verdadera participación se mide en otro plano: en la capacidad real de influir en las decisiones, de modificar los rumbos, de generar propuestas desde la base social.

Una cooperativa donde 500 socios acuden a una asamblea para escuchar pasivamente informes y ratificar decisiones ya tomadas no es más participativa que una donde 50 socios deliberan, proponen, cuestionan y co-crean soluciones.

La participación transformadora exige un salto cualitativo: pasar de la consulta a la co-decisión, del cumplimiento formal a la construcción activa.

Tres trampas comunes que vacían la participación

  1. La información asimétrica: Muchos socios no entienden del todo lo que se discute. Reciben informes financieros técnicos, sin traducción pedagógica, o propuestas cerradas que no permiten modificaciones reales.
  2. La agenda impuesta: Las asambleas se vuelven espacios para ratificar lo que ya decidió el Consejo o la Gerencia. Los puntos clave llegan sin posibilidad de debate. La “participación” es votar lo ya definido.
  3. La exclusión silenciosa: Horarios inconvenientes, lenguaje técnico, falta de materiales previos, ausencia de metodologías inclusivas… Todo eso hace que muchos socios, especialmente jóvenes, mujeres o personas de comunidades rurales, no se sientan parte.

Una mirada sectorial: distintos escenarios, mismos desafíos

  • En las cooperativas de ahorro y crédito, la participación suele limitarse a elegir al Consejo y a revisar cifras. Pero, ¿se consulta a los socios sobre las políticas crediticias, los servicios que necesitan, la inclusión financiera?
  • En las cooperativas de vivienda, muchas veces las decisiones sobre diseño, mantenimiento o incluso convivencia se toman sin procesos participativos reales. La vivienda cooperativa no puede gestionarse con lógicas verticales.
  • En las cooperativas de producción o pesca, las decisiones técnicas suelen concentrarse en unos pocos. ¿Qué pasa con los trabajadores asociados? ¿Tienen voz real o solo cumplen funciones operativas?
  • En las cooperativas de salud o turismo, es común que el equipo técnico y directivo tome decisiones con poca consulta a quienes realmente usan los servicios o conocen las comunidades.

Participar implica crear mecanismos de escucha, de consulta deliberativa, de devolución de resultados, de construcción conjunta. Sin eso, la participación es una fachada.

Hacia una participación transformadora: principios clave

  1. Acceso a información comprensible y oportuna: Democratizar los datos. Traducir los informes financieros. Explicar los proyectos en lenguaje claro. Usar herramientas visuales. Formar para comprender.
  2. Diseño participativo de las agendas: Incluir temas propuestos por los socios. Permitir asambleas temáticas. Realizar consultas previas. Asegurar que la agenda refleje las preocupaciones reales de la base.
  3. Metodologías inclusivas y creativas: No todo debe resolverse en formato de exposición y votación. Se pueden usar foros deliberativos, grupos focales, asambleas por zonas, plataformas digitales participativas.
  4. Formación en participación: La participación también se aprende. Se enseña a deliberar, a leer documentos, a construir propuestas, a ejercer el poder sin autoritarismo.
  5. Seguimiento a las decisiones colectivas: Participar también es saber qué pasó con lo que se decidió. Se debe devolver información, mostrar avances, explicar dificultades. La transparencia alimenta la participación.

La participación como poder compartido

El poder en las cooperativas no debe concentrarse ni en los directivos, ni en los gerentes, ni en los técnicos. La participación transformadora implica reconocer que todos los actores tienen saberes, miradas, intereses y capacidades que deben articularse.

Un Consejo de Administración que consulta activamente a la base antes de tomar decisiones, una gerencia que construye propuestas con el equipo técnico y con los socios, una asamblea donde se discute con profundidad y respeto… esos son ejemplos de poder cooperativo bien distribuido.

La participación no es solo un medio para validar decisiones. Es una estrategia para construir inteligencia colectiva, para fortalecer la pertenencia, para evitar errores costosos, para democratizar la gestión.

Obstáculos estructurales a superar

  • Individualismo instalado: Muchos socios ven a la cooperativa como un proveedor de servicios, no como un proyecto colectivo.
  • Estilos autoritarios de liderazgo: Hay quienes creen que participar debilita la eficacia, cuando en realidad la enriquece.
  • Falta de tiempo y recursos: Diseñar procesos participativos reales exige inversión de tiempo, energía y creatividad.
  • Poca formación ciudadana: La cultura democrática no se improvisa. Se cultiva.

Reconocer estos obstáculos no es excusa para no actuar. Es el primer paso para transformarlos.

Algunas experiencias inspiradoras

  • Cooperativas que organizan cabildos regionales antes de su asamblea general.
  • Equipos de trabajo que usan presupuestos participativos para definir prioridades.
  • Plataformas digitales que permiten a los socios votar y opinar en tiempo real.
  • Espacios de diálogo intergeneracional para renovar liderazgos.

No hay una receta única. Pero sí hay una certeza: si la participación no se reinventa, se marchita.

Cerrar la brecha entre discurso y práctica

Es común escuchar en los estatutos frases como “La Asamblea es el órgano supremo”. Pero en la realidad cotidiana, muchas decisiones relevantes se toman en espacios reducidos, con escasa transparencia o sin mecanismos claros de devolución.

Cerrar esa brecha requiere voluntad política, compromiso institucional y cultura participativa. La participación debe ser una práctica constante, no una foto anual.

Reflexión final: transformar para permanecer

Las cooperativas nacieron para transformar. Para democratizar la economía. Para devolver el poder a las personas organizadas.

Pero si no transformamos nuestra propia manera de participar, nos arriesgamos a perder la esencia. La participación transformadora es el puente entre los valores cooperativos y la acción cotidiana.

Que nadie quede fuera. Que todos puedan incidir. Que cada voz cuente. Porque en una cooperativa verdadera, participar no es un privilegio ni un ritual: es el corazón de su existencia.

¡Participar no es suficiente! ¡Participar es transformar!


🖋️ Este artículo forma parte de la serie Pensamiento Cooperativo Crítico | Reflexión y Conciencia desarrollada por Ramón Imperial Zúñiga para Pinos-Coop.

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¿Un nuevo capítulo para el cooperativismo mexicano… o una página en blanco?

El pasado 16 de abril de 2025, en México se publicaron en el Diario Oficial de la Federación las reformas a la Ley de la Economía Social y Solidaria (LESS) y a la Ley General de Sociedades Cooperativas (LGSC). Con ello, entraron oficialmente en vigor importantes cambios al marco normativo del cooperativismo.

Estas reformas, independientemente de las posturas a favor o en contra, ya son ley vigente y, por lo tanto, deben ser conocidas, interpretadas y respetadas por todo el ecosistema cooperativo. Sin embargo, aún quedan muchas preguntas en el aire que no pueden ser respondidas de manera tajante, al menos no por ahora.

El Movimiento Cooperativo: ¿excluido del proceso?

Uno de los temas que más ha llamado la atención —y que es imposible ignorar— es el hecho de que las reformas se concretaron sin una participación activa ni amplia del movimiento cooperativo nacional. Es decir, la nueva legislación no fue construida de la mano de los actores que viven, promueven y sostienen día a día al cooperativismo en sus múltiples formas.

A pesar de ello, hay que ser responsables: la ley ya es un hecho, y ante este nuevo escenario, la pregunta más importante no es quién fue consultado y quién no, sino cómo vamos a responder colectivamente a los desafíos y oportunidades que se abren a partir de estas modificaciones.

Tres nuevas funciones clave para el INAES: ¿reto imposible?

Uno de los cambios más trascendentes recae sobre el Instituto Nacional de la Economía Social (INAES), al cual se le han encomendado nuevas y complejas responsabilidades. Entre ellas, destacan tres en particular:

  1. La certificación de cooperativas y organismos cooperativos.
  2. La sustitución de notarios y corredores públicos en la constitución de cooperativas y en el registro o validación de los posteriores actos corporativos.
  3. La creación del Registro Nacional de Cooperativas y Organismos Cooperativos.

Estas tareas representan un cambio de paradigma. Pero, ¿está preparado el INAES para asumir estas funciones? ¿Cuenta con la infraestructura, el personal técnico, los sistemas de información, los procesos y sobre todo, los recursos presupuestales necesarios para cumplirlas?

De momento no tenemos una respuesta clara. Por ello, damos el beneficio de la duda, con la esperanza de que el Congreso de la Unión y el Gobierno Federal acompañen este proceso dotando al INAES de los medios suficientes para no dejar esta reforma en letra muerta.

El artículo 14, fracción XXI Bis: una oportunidad histórica

De todos los cambios introducidos, hay uno que merece ser destacado con especial atención: la nueva fracción XXI Bis del artículo 14 de la LESS, que establece la siguiente facultad y responsabilidad al INAES:

“Definir e implementar el modelo de certificación de las Sociedades Cooperativas y de los demás Organismos del Sector Social de la Economía, respecto del cumplimiento de la presente Ley, particularmente en lo que corresponde a los fines, valores, principios y prácticas del cooperativismo y de la Economía Social y Solidaria.”

Esto significa que el proceso de certificación no se limitará a las cooperativas como entidades, sino que también se extenderá a todos los demás organismos cooperativos, es decir, uniones, federaciones, confederaciones y consejo superior. Este punto abre una posibilidad inédita para reordenar y legitimar al movimiento cooperativo en su conjunto.

¿Representatividad auténtica o simulada?

Hasta ahora, cualquier persona podía constituir una “federación” o “confederación” con muy pocos elementos, sin ningún tipo de verificación o evaluación. Como resultado, la representatividad real del cooperativismo ha estado frecuentemente fragmentada o simulada. ¿Cuántas “confederaciones” existen realmente activas? ¿Cuántas federaciones tienen más de cinco cooperativas afiliadas? ¿Cuántas de las Uniones cumplen realmente con todos los requisitos? ¿Quién ha verificado esto?

Basta con echar un vistazo al ámbito de las Sociedades Cooperativas de Ahorro y Préstamo (SOCAPs). En el Registro Nacional de SOCAPs del FOCOOP (Fondo de Protección al Ahorro Cooperativo), aparecen decenas de federaciones distintas, muchas de las cuales difícilmente podrán acreditar que cuentan con al menos cinco cooperativas legalmente afiliadas y en operación activa, como exige la LGSC.

La situación no es distinta en otras ramas del cooperativismo. Por ello, la certificación puede ser el mecanismo que finalmente acredite quién representa a quién, y si esa representación se basa en realidades o en ficciones administrativas.

¿Con quién dialoga el gobierno?

Si este modelo de certificación se implementa de forma seria y técnica —sin capturas políticas ni favoritismos—, podría convertirse en una herramienta poderosa para transparentar la interlocución del Estado con el cooperativismo. Es decir, el INAES, los legisladores, y el propio Poder Ejecutivo sabrán con precisión cuáles son las organizaciones que realmente representan a las cooperativas mexicanas y cuáles no.

Este proceso de certificación también puede servir como una autodepuración del movimiento cooperativo, que durante años ha padecido el uso oportunista de figuras representativas vacías de contenido o de base social, y sin sustento legal.

Conclusión: ni euforia ni rechazo, sino vigilancia proactiva

Estamos ante un momento clave. Lo que hoy parecen reformas administrativas, mañana podrían marcar la diferencia entre un movimiento cooperativo ordenado y robusto, o una nueva era de simulación con nuevas etiquetas legales.

No hay que dejarse llevar ni por el entusiasmo fácil, ni por el pesimismo paralizante. Hay que observar, preguntar, documentar, organizar y proponer. Si se hace con inteligencia colectiva, esta reforma puede convertirse en el punto de partida de una refundación real del cooperativismo en México.

Pero si se deja pasar sin exigencia, sin vigilancia y sin articulación social, se corre el riesgo de que esta “nueva etapa” termine siendo sólo una promesa más.

En tanto el INAES define e implementa el modelo de certificación, las actuales uniones, federaciones, confederaciones y los dos “Consejos Superiores del Cooperativismo” que actualmente existen en México, dispondrán de algunos meses para reordenarse y para estar en condiciones de demostrar la representatividad que dicen tener.

Si se aprovecha bien, puede ser una gran oportunidad para todo el cooperativismo en México, y en el corto plazo se podría conocer no solamente cuántas cooperativas existen de los diversos sectores, sino también la auténtica y real representatividad de cada organismo cooperativo, de segundo, tercer y cuarto nivel.

Por ahora, para todos los organismos cooperativos de México: uniones, federaciones, confederaciones y consejos superiores, creo que aplica perfectamente el dicho:

“Cuando veas las barbas de tu vecino cortar, pon las tuyas a remojar.”

Qué todo sea por el bien del Movimiento Cooperativo de México.

 

🖋️ Este artículo forma parte de la serie Pensamiento Cooperativo Crítico | Reflexión y Conciencia desarrollada por Ramón Imperial Zúñiga para Pinos-Coop.

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¿Qué harían o qué dirían hoy Los Pioneros de Rochdale?

En 1844, en una pequeña ciudad industrial de Inglaterra, 28 trabajadores textiles cambiaron la historia. No tenían grandes capitales ni padrinos políticos. Tenían algo más poderoso: La convicción de que podían construir una economía basada en la justicia, la cooperación y la dignidad humana.

Esos hombres y mujeres fundaron la “Sociedad de los Equitativos Pioneros de Rochdale”. No solo establecieron una tienda de consumo solidario; sentaron las bases de un modelo que hoy inspira a millones en todo el mundo: El Cooperativismo.

Pero ¿qué pensarían si vieran las cooperativas actuales? ¿Se sentirían orgullosos? ¿O acaso se preguntarían en qué momento nos alejamos tanto de su sueño?

Hoy, más que recordar su historia, necesitamos interpelarnos desde su ejemplo. ¡Preguntarnos qué harían o qué dirían ellos si estuvieran en nuestro lugar!

De la tienda humilde a la cooperación transformadora

Los pioneros no se conformaron con abrir una tienda. Definieron principios. Construyeron reglas claras. Practicaron valores: democracia, equidad, educación, autonomía.

Entendieron que una cooperativa no es solo una empresa diferente, sino una escuela de ciudadanía económica. Un instrumento para empoderar personas, no para reproducir la lógica capitalista en versiones más “amables”.

Cada libra esterlina que movían en su tienda era un acto político. Cada decisión, un ejercicio de construcción colectiva. Cada socio, un dueño y un aprendiz.

El espejo incómodo de las cooperativas actuales

Hoy existen cooperativas inmensas, con activos millonarios, plataformas tecnológicas sofisticadas y presencia global. Sin embargo, también existen desviaciones preocupantes:

  • Cooperativas de ahorro y crédito que operan como bancos comerciales, más preocupadas por la rentabilidad y por cumplir con la regulación aplicable, que por la inclusión financiera.
  • Cooperativas de vivienda donde los proyectos habitacionales priorizan la plusvalía inmobiliaria más que el acceso digno a una vivienda.
  • Cooperativas de producción o pesca que reproducen relaciones laborales jerárquicas, olvidando la equidad entre sus miembros.
  • Cooperativas de salud que gestionan servicios médicos como simples negocios de atención privada.
  • Cooperativas de turismo que privilegian el turismo de masas, con lógicas extractivistas, sobre el turismo comunitario y sustentable.
  • Cooperativas de seguros que olvidan su rol solidario y operan guiadas por criterios meramente comerciales.

En muchas, sino es que en la gran mayoría de las cooperativas, los socios no se sienten dueños de la empresa, se ven a si mismos solamente como clientes y a las cooperativas las ven solo como un proveedor más de los productos o servicios que requieren para satisfacer sus necesidades.

Estas desviaciones muestran cómo, a pesar del crecimiento económico o institucional, el espíritu cooperativo puede debilitarse si no se cultiva conscientemente.

¿Qué harían hoy los pioneros?

Es muy arriesgado suponer que pensarían o harían hoy Los Pioneros de Rochdale, pero conociendo su historia e ideales, me atrevo a plantear lo siguiente:

  1. Volverían a formar a cada socio Educar a los asociados era para ellos una prioridad. Entendían que sin formación crítica, la cooperativa perdería su esencia. Hoy exigirían programas de educación cooperativa sistemática, profundizando no solo en cuestiones administrativas, sino en conciencia social, democracia participativa y solidaridad.
  2. Pondrían la participación real en el centro No tolerarían estructuras cerradas ni asambleas donde todo está decidido antes de votar. Impulsarían debates auténticos, procesos de deliberación previa, consultas abiertas a los socios en todas las cooperativas, desde las pequeñas de producción hasta las grandes de servicios.
  3. Recordarían que la rentabilidad es un medio, no un fin Sostenibilidad económica, sí; pero jamás a costa de perder el compromiso social. Una cooperativa de ahorro debe incluir. Una cooperativa de salud debe garantizar atención humana y solidaria. Una cooperativa de vivienda debe priorizar hogares dignos sobre la especulación.
  4. Promoverían la renovación de liderazgos Fomentarían procesos de renovación periódica en los órganos de gobierno, evitando que unos pocos se adueñen de las estructuras. Abrirían espacios para jóvenes, mujeres, y nuevos liderazgos comunitarios.
  5. Defenderían la cooperación entre cooperativas El sexto principio sería innegociable. Cooperativas de distintos sectores se apoyarían, compartirían tecnología, conocimientos, cadenas de valor y espacios de incidencia política.
  6. Innovarían sin perder la identidad Incorporarían tecnología y modernización solo como herramientas para democratizar el acceso, mejorar la eficiencia al servicio de los socios y proteger la identidad cooperativa.

Los pioneros no aplaudirían el “crecimiento vacío”

Crecimiento en activos sin crecimiento en participación. Crecimiento en infraestructura sin crecimiento en democracia interna. Crecimiento en productos y servicios, sin crecimiento en compromiso solidario.

Eso no era su sueño. Su sueño era una economía de las personas para las personas, no una imitación mejorada del sistema que buscaban transformar.

Una mirada crítica pero esperanzadora

No se trata de negar los logros. Existen cooperativas de vivienda que luchan por el acceso a hogares dignos. Cooperativas de producción que sostienen economías rurales enteras. Cooperativas de salud que priorizan la atención preventiva y comunitaria. Cooperativas de ahorro que promueven la inclusión financiera real.

No podemos generalizar diciendo que todo esté mal, hay cooperativas de todos tamaños y en todos los sectores, que día a día se esfuerzan por mantener vivos los ideales de los Pioneros de Rochdale, por aplicar los Principios y Valores Cooperativos, pero también hay una gran e inmensa cantidad de cooperativas, chicas, medianas y grandes, en todos los países, que poco a poco se van olvidando de sus orígenes y de su verdadera vocación.

Es necesario reconocer que el riesgo de burocratización, de elitización, de mercantilización existe. Combatirlo requiere valentía institucional, coherencia ideológica y acción colectiva consciente.

Hoy, preguntarnos “¿qué harían o qué dirían los pioneros?” es un llamado a regenerar el cooperativismo desde adentro, en todas sus expresiones sectoriales y territoriales.

Una invitación a todos los actores cooperativos

  • A los directivos, para que lideren con ética, inclusión y renovación.
  • A los gerentes, para que gestionen con vocación de servicio, no como administradores de una empresa convencional.
  • A los socios, para que retomen su papel activo como dueños y constructores de sus cooperativas.
  • A los empleados cooperativos, para que asuman el compromiso de fortalecer desde su gestión diaria los principios y valores cooperativos.

¡Recuperar Rochdale en el siglo XXI!

Rochdale no es un museo. Es un faro. Es una referencia viva.

Cada vez que una cooperativa de vivienda promueve acceso digno, una de salud prioriza la vida sobre el lucro, una de producción apuesta por la equidad, una de ahorro y crédito fomenta la inclusión financiera y el bienestar social por encima del beneficio económico, una de turismo comunitario pone a las comunidades en el centro, o cualquier tipo de cooperativa actúa con principios, transparencia y compromiso solidario, están honrando a los pioneros.

Cada vez que olvidamos esos principios, nos alejamos de su sueño.

Hoy, más que nunca, el mundo necesita cooperativismo genuino: proyectos donde la economía se ponga al servicio de la vida.

¡Hoy más que nunca, necesitamos volver a Rochdale, no para copiar su forma, sino para encender su espíritu en cada decisión, en cada cooperativa, en cada sueño solidario que construimos juntos!

🖋️ Este artículo forma parte de la serie Pensamiento Cooperativo Crítico | Reflexión y Conciencia desarrollada por Ramón Imperial Zúñiga para Pinos-Coop.

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Cooperativas: ¿de todos o de nadie?

El modelo empresarial cooperativo: ¿empresa de todos o empresa sin dueño?

Durante décadas se ha repetido que las cooperativas son “empresas de todos”. Una definición sencilla y poderosa. Pero conviene preguntarnos con honestidad: ¿realmente son empresas de todos… o hemos creado estructuras que, en la práctica, parecen empresas sin dueño?

La propiedad colectiva es uno de los pilares del modelo cooperativo. No hay un capitalista principal, ni un grupo de accionistas que persigue el máximo beneficio. Hay personas asociadas que, en teoría, comparten la propiedad y el poder de decisión. Sin embargo, muchas cooperativas han desarrollado formas de gobierno en las que los socios están cada vez más alejados de la gestión real, y donde la participación se limita a asambleas esporádicas, desinformadas o meramente formales.

Dos tendencias especialmente comunes muestran los extremos a los que se ha deformado el modelo:

  1. Cuando el gerente se convierte en el verdadero dueño

En muchas cooperativas, el gerente ha sido también el fundador, o jugó un papel clave en el crecimiento y consolidación de la organización. Su liderazgo es indiscutible. El problema surge cuando su figura eclipsa al Consejo de Administración y a la propia Asamblea. Los directivos se convierten en figuras decorativas que respaldan automáticamente todo lo que el gerente propone. No hay deliberación, no hay contrapesos, no hay supervisión real. La cooperativa funciona como una empresa personal con estatutos cooperativos.

Se pierde la democracia interna, se erosiona la cultura cooperativa, y los socios dejan de participar porque sienten que nada cambia con su intervención. En este escenario, el gerente no rinde cuentas: lidera, decide, ejecuta… y muchas veces también se perpetúa. Además, cuando este poder no es fiscalizado adecuadamente, pueden generarse desviaciones graves en el rumbo de la cooperativa.

  1. Cuando el Consejo de Administración actúa como grupo de control

En el extremo opuesto, hay cooperativas donde el gerente existe sólo como figura simbólica. Las verdaderas decisiones se toman por un pequeño grupo de directivos que han capturado el control institucional. Son los que están todos los días en la oficina, dan órdenes directamente al personal operativo, intervienen en los asuntos administrativos y operan como si fueran los ejecutivos de la organización.

En estos casos, el Consejo de Administración se convierte en el órgano que ejecuta, decide, fiscaliza y controla. Se rompe el equilibrio natural de poderes. A menudo, estos directivos reciben “compensaciones” o dietas que los atan al cargo, y establecen mecanismos para alternarse los puestos y evitar la renovación. No hay rotación democrática ni renovación de liderazgos. El resultado es un modelo cerrado, autorreferencial, que debilita la transparencia y la rendición de cuentas.

El rol ausente del Consejo de Vigilancia

Un factor determinante en estos desequilibrios institucionales es la omisión o debilidad del Consejo de Vigilancia. Este órgano tiene la función esencial de verificar el cumplimiento del objeto social, así como vigilar que se respeten los estatutos, reglamentos y acuerdos de los órganos superiores. Sin embargo, en muchas cooperativas, el Consejo de Vigilancia ha sido cooptado por el gerente o por los mismos directivos que controlan el Consejo de Administración. En lugar de ser un órgano crítico e independiente, se convierte en una instancia inerte, complaciente o subordinada.

Cuando el Consejo de Vigilancia no cumple su función, se abre la puerta a excesos, abusos de poder y desviaciones que erosionan la legitimidad de la cooperativa. Su papel es clave para garantizar el equilibrio institucional y debe ser fortalecido mediante formación, autonomía y acceso a la información.

Dueños sin conciencia o sin poder

En todos estos escenarios, el resultado es el mismo: los socios son espectadores. La propiedad colectiva se mantiene en el papel, pero se vacía de contenido. O bien un gerente actúa como dueño, o bien un grupo de directivos captura el poder. La base social no participa, no se forma, no incide. En consecuencia, no se siente parte real de la cooperativa. No hay cultura de propiedad. No hay conciencia de corresponsabilidad. No hay empoderamiento.

El modelo cooperativo ideal: equilibrio, transparencia y participación

El modelo empresarial cooperativo debería construirse desde un equilibrio claro de funciones:

  • La Asamblea General debe ser el órgano supremo de decisión, integrado por socios informados, críticos, preparados y conscientes. Es el espacio donde se define el rumbo general, se elige a los consejos y se aprueban las líneas fundamentales.
  • El Consejo de Administración debe ejercer su función natural de dirigir la cooperativa, lo que incluye aprobar normas internas, planes y presupuestos. Su función es estratégica, no operativa. No debe involucrarse en la gestión cotidiana ni dar órdenes al personal. Debe establecer políticas, supervisar la ejecución y evaluar resultados.
  • La Gerencia debe ejecutar lo aprobado por la Asamblea y el Consejo, y proponer iniciativas, planes y presupuestos para su aprobación. Su rol es técnico, profesional, orientado a la eficiencia sin perder los valores cooperativos.
  • El Consejo de Vigilancia debe fiscalizar que todo lo anterior se haga en apego al objeto social, los principios, estatutos y reglamentos. Su independencia y capacidad de acción es vital para que exista un contrapeso efectivo.

Cada estructura debe cumplir su rol. Ninguna debería invadir a la otra. Cuando eso ocurre, la cooperativa se fortalece, la participación crece, y la propiedad colectiva se vive con autenticidad.

El papel olvidado de los socios: ser dueños activos, no clientes pasivos

En muchas cooperativas, los socios han sido reducidos a usuarios de servicios. Van a la cooperativa como irían a un banco. No preguntan, no cuestionan, no deciden. Participan solo si hay sorteos, rifas o regalos. Y muchas veces, eso es resultado directo de una falta de formación cooperativa.

El quinto principio cooperativo, que establece la educación, formación e información como base del desarrollo cooperativo, ha sido incumplido de forma sistemática por muchas instituciones. Se capacita al personal, a veces a los directivos, pero rara vez a la base social. Y sin formación, no hay participación crítica. No hay control social efectivo. No hay democracia real.

Una llamada a la conciencia cooperativa

No se trata de eliminar la dirección profesional ni de debilitar el liderazgo institucional. Se trata de reconstruir el equilibrio original del modelo cooperativo, donde cada actor cumple su papel con claridad y respeto mutuo.

Los gerentes deben liderar con responsabilidad, sin protagonismos. Los consejos deben gobernar sin administrar. El Consejo de Vigilancia debe vigilar sin interferencias. Los socios deben ejercer su propiedad con conciencia y compromiso.

Porque una cooperativa no es verdaderamente de todos cuando nadie participa. Tampoco cuando unos pocos deciden por todos. Es de todos cuando cada quien asume el rol que le corresponde, cuando el poder se ejerce colectivamente, y cuando el sentido de pertenencia está vivo.

Este es un llamado a los gerentes que gobiernan solos, a los directivos que se eternizan en los cargos, a los consejos de vigilancia que han renunciado a su función, y a los socios que han dejado de interesarse: el cooperativismo necesita recuperar su alma. Volver al equilibrio. Volver a su base social.

No se trata solo de administrar una organización. Se trata de construir una economía diferente. Una economía con rostro humano, con justicia, con participación. Una economía donde ser dueño no es un título simbólico, sino una responsabilidad compartida.

Hoy más que nunca, es tiempo de que las cooperativas vuelvan a ser lo que prometen ser: empresas de todos, con todos adentro, con todos decidiendo, con todos construyendo el futuro desde la acción colectiva.

🖋️ Este artículo forma parte de la serie Pensamiento Cooperativo Crítico Reflexión y Conciencia desarrollada por Ramón Imperial Zúñiga para Pinos-Coop.

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Capitalismo cooperativo: ¿oxímoron o evolución necesaria?

Por mucho tiempo, en los circuitos más convencionales del pensamiento económico, las palabras “capitalismo” y “cooperativismo” han habitado en extremos opuestos del espectro ideológico. Una representa la acumulación, la competencia, la propiedad privada y la maximización del beneficio individual. La otra, la solidaridad, la cooperación, la propiedad colectiva y el beneficio común. Y sin embargo, en los últimos años, un término que para muchos podría parecer contradictorio ha comenzado a emerger con cierta fuerza: capitalismo cooperativo.

¿Se trata de un oxímoron conceptual? ¿Una traición a los principios cooperativos? ¿O más bien una adaptación evolutiva para sobrevivir en un mundo regido por mercados y lógicas capitalistas?

Cómo se que la palabra “oxímoron” no es muy común, trataré de explicarla para que este artículo sea lo más claro posible:

Un oxímoron es una figura retórica que consiste en unir dos conceptos opuestos en una misma expresión, generando un efecto sorprendente o provocador. Aunque a primera vista parezcan contradictorios, al combinarse crean una imagen poderosa o una reflexión más profunda. Esta figura es común en la literatura, la poesía y también en el lenguaje cotidiano. Algunos ejemplos clásicos de oxímoron son: “silencio atronador”, “realidad virtual”, “música callada”, “hielo ardiente” o “luz oscura”. Estos contrastes ayudan a expresar complejidades, paradojas o emociones difíciles de describir con palabras simples.

Trataremos de analizar si “Capitalismo Cooperativo” es un oxímoron o si como dice el título, es solamente una “evolución necesaria” del cooperativismo.

El dilema de vivir en un mundo capitalista

Las cooperativas no operan en el vacío. Existen dentro de un sistema económico, legal, fiscal y cultural dominado por el capitalismo. Venden en mercados competitivos, usan sistemas financieros tradicionales, compiten por talento humano y deben generar ingresos para sostenerse.

Negar ese entorno sería ingenuo. Pero aceptarlo sin cuestionarlo también puede llevar a peligrosas contradicciones. El cooperativismo nació como una respuesta ética, económica y social al capitalismo salvaje del siglo XIX. Su razón de ser está en ofrecer una alternativa, no en adaptarse hasta confundirse.

Aquí es donde surge la tensión. Para muchas cooperativas modernas, crecer, competir o incluso sobrevivir ha requerido adoptar ciertas lógicas capitalistas: eficiencia operativa, innovación, reinversión, productividad. Pero, ¿hasta dónde se puede adoptar sin perder la esencia?

Casos reales que incomodan y hacen pensar

  1. Cooperativas globales que compiten con multinacionales: Pensemos en cooperativas de consumo que operan con miles de empleados, miles de millones en ventas, estructuras corporativas complejas, y una presencia en el mercado tan fuerte como cualquier empresa convencional. ¿Son cooperativas o corporaciones con fachada solidaria.
  2. Banca cooperativa y lógicas de rentabilidad: Algunas cooperativas financieras han implementado políticas crediticias tan restrictivas como los bancos tradicionales, buscando rentabilidad y bajos niveles de riesgo. ¿Hasta qué punto se sacrifica la inclusión financiera en nombre de la estabilidad económica?
  3. Trabajo precario en cooperativas “exitosas”: Hay cooperativas que han crecido rápidamente en sectores como tecnología o servicios, pero cuyas prácticas laborales reproducen la precariedad: sobrecarga, informalidad, falta de participación real. Promueven los valores y el humanismo, pero no los aplican con sus propios trabajadores. ¿El éxito justifica estas contradicciones?

Capitalismo cooperativo: tres interpretaciones posibles

  1. El oxímoron inaceptable. Desde una postura purista, “capitalismo cooperativo” es una contradicción. El primero prioriza el capital, el segundo a las personas. Mezclarlos es diluir la mística transformadora del cooperativismo. Para esta visión, cada concesión al mercado es una pérdida de identidad.
  2. El camuflaje necesario. Desde una postura pragmática, el cooperativismo debe adaptarse sin renunciar. Usar herramientas del capitalismo no es ceder, sino sobrevivir. Competir, profesionalizarse y escalar son condiciones necesarias para tener impacto. Pero el desafío es mantener el corazón cooperativo vivo.
  3. La mutación evolutiva. Una tercera visión propone que el “capitalismo cooperativo” puede representar una transición hacia un nuevo modelo económico: una hibridación que, si se gestiona con conciencia, podría humanizar el mercado, redistribuir poder y transformar desde adentro.

El riesgo real: perder el alma

El peligro no está en adoptar tecnología, estrategias de crecimiento o herramientas financieras. El verdadero riesgo está en abandonar los principios cooperativos por conveniencia, en dejar de formar a los socios, en burocratizar la democracia, en disfrazar decisiones cupulares como “participación”.

Cuando el discurso de “eficiencia” reemplaza al de “solidaridad”, y cuando la “rentabilidad” aplasta a la “equidad”, el cooperativismo deja de ser alternativa. Se vuelve una empresa más, solo que con estatutos distintos.

La pregunta central: ¿es posible competir sin copiar?

La clave no está en evitar toda estrategia del mundo empresarial, sino en decidir cómo y para qué se adoptan. Una cooperativa puede innovar, crecer, profesionalizarse, tener rentabilidad… pero si esos logros no se traducen en bienestar, participación y transformación social, entonces son logros vacíos.

La pregunta correcta no es si se puede mezclar el capitalismo con el cooperativismo. La pregunta es: ¿podemos mantener viva la razón de ser cooperativa mientras navegamos en un mundo capitalista?

Tres claves para no perderse en el camino:

  1. Formación permanente: Toda adaptación al mercado debe estar acompañada de educación cooperativa profunda, crítica, reflexiva. Formar conciencia es la mejor vacuna contra la desnaturalización.
  2. Medición de impacto social, no solo financiero: Si no medimos cómo cambiamos la vida de las personas, terminamos evaluando el éxito como cualquier empresa tradicional.
  3. Participación real, no simbólica: La democracia debe ser más que asambleas anuales. Debe vivirse en la gestión, en la transparencia, en la escucha activa y en la corresponsabilidad.

Reflexión final: volver al corazón

En un mundo cada vez más desigual, competitivo y deshumanizante, el cooperativismo tiene una misión que va más allá de sobrevivir: debe inspirar. No ser como las demás empresas, sino mostrar que otra economía es posible, incluso desde dentro del sistema dominante.

Quizá el capitalismo cooperativo sea un concepto que incomoda, pero esa incomodidad es una oportunidad. Una oportunidad para preguntarnos, con honestidad, si estamos transformando al sistema o si el sistema nos está transformando a nosotros.

En lo personal no estoy en contra de la aplicación de las mejores y modernas técnicas administrativas en las cooperativas, de que busquen la eficiencia y la excelencia, ya que para que las cooperativas realmente contribuyan a una mejor distribución de la riqueza, primero deben general riqueza, porque de otra manera solamente estarán distribuyendo pobreza. Pero el fin no justifica los medios, debemos siempre ser críticos y no desviarnos del camino.

Que cada cooperativa mire hacia adentro, escuche a su base social, recupere su historia y reimagine su futuro. Porque lo que está en juego no es solo su viabilidad económica, sino su alma.

Y el alma cooperativa no está en el capital: está en la gente, en la solidaridad, en el sueño compartido de construir un mundo más justo.

Invitación a la acción:

Posiblemente este tipo de artículos van a generar mucha polémica, y seguramente también detractores, pero lo importante es que seamos críticos entre nosotros mismos, no todo lo que hacemos en las cooperativas está bien, es bueno detenernos de vez en cuando, y cuestionarnos seria y profundamente, para rehacer el camino de ser necesario, o para seguir adelante con mayor firmeza y seguridad.

Reflexiona en tu cooperativa: 

  • ¿Cuánto de lo que hacen está guiado por los principios y cuánto por la presión del mercado? 
  • ¿Qué prácticas pueden revisarse? 
  • ¿Qué espacios deben abrirse para escuchar críticamente a los socios?

¡Es tiempo de volver al origen para proyectar el futuro!


🖋️ Este artículo forma parte de la serie Pensamiento Cooperativo Crítico  desarrollada por Ramón Imperial Zúñiga para Pinos-Coop.

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Reforma aprobada, Lección aprendida: El Movimiento Cooperativo ante el cierre de un proceso legislativo que no lo escuchó

El 10 de abril de 2025, con la aprobación en el Senado de la República del dictamen que expide la nueva Ley de Adquisiciones, Arrendamientos y Servicios del Sector Público, y que reforma también la Ley de la Economía Social y Solidaria (LESS), la Ley General de Sociedades Cooperativas (LGSC) y la Ley Federal de Austeridad Republicana, concluye formalmente un proceso legislativo que, sin duda, ha dejado profundas reflexiones para el movimiento cooperativo en México.

Desde el inicio fue claro: el interés del gobierno no estaba centrado en las leyes que rigen al sector cooperativo. El objetivo central era la modernización del sistema de compras gubernamentales, la eliminación de CompraNet, la creación de una nueva Plataforma Digital de Contrataciones Públicas y nuevos modelos de adjudicación. Las reformas a la LGSC y la LESS eran complementarias, accesorias, y así fueron tratadas.

En ambas cámaras, la mayoría oficialista aceleró el proceso. En comisiones, dictaminaron rápido. En el Pleno, votaron sin mayor discusión. En el Senado, 66 votos a favor, 23 en contra. Ningún legislador habló del cooperativismo. Ningún argumento fue considerado. Ninguna reserva fue adoptada.

Se modificó el papel del INAES sin análisis técnico. Se le otorgaron facultades de registro y validación de actos jurídicos que antes correspondían a notarios públicos. Se eliminó la función notarial para las cooperativas de nueva creación. Se creó un Registro Nacional sin garantías operativas. Y todo pasó desapercibido.

Tampoco se evaluó el impacto en las SOCAPs, parte del Sistema Financiero Mexicano. Cambiar sus reglas de reconocimiento legal sin consultar a CNBV o SHCP es un riesgo innecesario. Afecta la certeza jurídica de millones de socios y puede generar conflictos con otras autoridades.

Esta reforma confirmó una dolorosa realidad: el cooperativismo no fue prioridad. Ningún grupo parlamentario lo defendió activamente. Ningún medio lo visibilizó. La voz cooperativa no se escuchó. Pasamos desapercibidos. Y eso no debe volver a pasar.

En lo personal, he publicado análisis, artículos y materiales con un solo objetivo: dejar constancia. No tengo cargo, ni represento oficialmente a nadie. Por respeto, no mencioné a legisladores ni funcionarios, ni los arrobé en las publicaciones. Pero sentí la responsabilidad de hablar, aunque fuera como una voz en el desierto.

Sé que muchas personas y organizaciones sí hicieron su parte. Conozco su compromiso. Pero el resultado muestra que no fue suficiente. Nos faltó unidad, articulación, estrategia, incidencia política, narrativa común. Nos faltó presencia. Y eso debe cambiar.

El cooperativismo no debe formar un partido. Tampoco debe subordinarse a ninguno. Pero sí debe tener incidencia en todos. Todos los partidos deben conocer, respetar y respaldar a este sector que representa una cuarta parte del país.

Sí. Una cuarta parte. Cerca de 15 millones de personas forman parte directamente de alguna cooperativa como socios y más de 40 millones están relacionadas indirectamente. Somos un pilar de la economía solidaria en México. Y aún así fuimos ignorados.

Este proceso legislativo termina. Pero no es el final del camino.

📌 Los legisladores pasarán.
📌 Los funcionarios pasarán.
📌 Las plataformas, los decretos, las mayorías… todo pasará.

Pero el cooperativismo seguirá aquí.

Cada vez más presente. Cada vez más necesario.

Creo que este momento debe quedarnos grabado como un punto de inflexión. O aprendemos de esto, o volverá a ocurrir. O nos organizamos y participamos más activamente en la vida pública del país, o seguirán aprobando leyes que nos afectan sin considerarnos.

A quienes forman parte de alguna cooperativa —como socios, directivos o trabajadores— les dejo este mensaje: no es tiempo de desánimo. Es tiempo de compromiso, de unidad, de formación, de incidencia. No dejemos que esta experiencia nos aísle. Al contrario: que nos motive a actuar con mayor claridad y responsabilidad.

Es momento de unidad. De organización. De profesionalización. De alzar la voz desde nuestra identidad y nuestra historia.

Porque el futuro del cooperativismo no se decreta. Se construye. Con unidad, con propuestas, con voz propia. Desde abajo, con identidad y con dignidad.

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Entre la opacidad y la omisión: se vota en el Senado una reforma que impacta al cooperativismo sin escucharlo

Este jueves 10 de abril de 2025, el Senado de la República someterá a discusión y votación el dictamen que expide la nueva Ley de Adquisiciones, Arrendamientos y Servicios del Sector Público, y que también reforma la Ley Federal de Austeridad Republicana, la Ley General de Sociedades Cooperativas (LGSC) y la Ley de la Economía Social y Solidaria (LESS). El dictamen ya fue aprobado por la Cámara de Diputados y dictaminado por las comisiones correspondientes en el Senado.

Como advertimos desde que se presentó esta iniciativa, el objetivo central del paquete legislativo no es el fortalecimiento del cooperativismo, sino la transformación del sistema de compras gubernamentales. La nueva ley sustituirá a CompraNet y plantea una serie de innovaciones como la Plataforma Digital de Contrataciones Públicas y la Tienda Digital del Gobierno Federal. En este contexto, las reformas a la LGSC y la LESS aparecen como satélites, sin discusión técnica ni participación real del sector.

El dictamen, tal como se votará hoy, reproduce en esencia el aprobado por la Cámara de Diputados. Incluye modificaciones importantes en los procedimientos de contratación pública y establece mecanismos nuevos como adjudicaciones directas por excepción, contratos marco, licitaciones simplificadas y diálogos competitivos. En teoría, estos cambios buscan hacer más ágil la adquisición de bienes y servicios por parte del Estado. Sin embargo, tanto senadores como especialistas han señalado los riesgos implícitos en este nuevo modelo.

En sus votos particulares, los senadores Ricardo Anaya e Imelda Sanmiguel, del Partido Acción Nacional, alertaron sobre las implicaciones que esta reforma tendrá en el cumplimiento del artículo 134 constitucional. Señalaron que la reforma convierte la excepción en regla, promueve discrecionalidad, concentra atribuciones en el Ejecutivo y no garantiza transparencia ni rendición de cuentas suficientes. Además, criticaron la falta de límites cuantitativos para los nuevos mecanismos de contratación.

Desde la perspectiva del sector cooperativo, lo más preocupante no es solo el contenido de la reforma, sino la forma en que se ha procesado: sin consultas públicas, sin análisis de impacto en el ecosistema cooperativo, sin participación de sus organizaciones representativas. En el caso de la LGSC, se modifica la naturaleza de los actos fundacionales al permitir que el INAES sustituya a los notarios públicos. También se establece un Registro Nacional único de cooperativas, bajo control del propio INAES.

Estas reformas plantean riesgos jurídicos importantes. La función notarial, como acto de fe pública, está regulada por los estados y protegida por el artículo 121 de la Constitución. Sustituirla por una validación administrativa del INAES sin garantías técnicas ni operativas puede vulnerar la seguridad jurídica de los socios y generar conflictos en actos ante terceros, bancos o instituciones públicas. Más aún si se trata de cooperativas de ahorro y préstamo (SOCAPs), sujetas a vigilancia del sistema financiero.

Además, el INAES pasaría de ser un organismo de fomento a uno con capacidades de control, supervisión y registro únicos. Esto contradice el espíritu original de las leyes de economía social, que promovían el desarrollo autónomo y participativo del sector. Con esta reforma, el cooperativismo queda subordinado a una lógica administrativa y tecnocrática, perdiendo espacio de autogestión.

Es importante reconocer que hubo reservas presentadas por algunos grupos parlamentarios que intentaron mitigar estos riesgos. Movimiento Ciudadano propuso conservar el papel de los notarios; el PT sugirió reforzar el carácter social de la participación cooperativa en adquisiciones. Sin embargo, ninguna de estas reservas fue incorporada al dictamen, ni tampoco se abrió un espacio real de diálogo o escucha con el movimiento cooperativo.

Todo indica que el Senado aprobará el dictamen con rapidez. Las prioridades legislativas están enfocadas en consolidar el nuevo sistema de adquisiciones públicas, no en discutir el marco jurídico del cooperativismo. Es legítimo que el Estado busque eficiencia, pero no lo es que lo haga ignorando a un sector que representa a millones de personas organizadas en torno a la democracia económica y la solidaridad.

El cooperativismo no está en contra de la modernización del Estado. Pero sí exige respeto a su identidad, participación en los procesos legislativos que lo afectan y certeza jurídica en las reglas del juego. No se puede hablar de economía social desde el poder, sin contar con quienes la hacen posible desde abajo.

Hoy, más que nunca, el movimiento cooperativo debe documentar sus reservas, visibilizar sus propuestas y articular su voz. Aunque esta reforma se apruebe sin escucharnos, debemos dejar constancia pública de nuestras preocupaciones y preparar el terreno para una agenda legislativa más participativa y justa.

El futuro del cooperativismo no depende de una sola ley. Depende de la organización, la formación y la unidad de sus actores. Que esta reforma no nos silencie, sino que nos impulse a construir con más fuerza nuestra propia propuesta de país.

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¿Y si las cooperativas no fueran “alternativas”, sino el modelo base?

Una reflexión, análisis y pensamiento crítico de Ramón Imperial Zúñiga

🌱 Entrada.

Durante siglos nos han hecho creer que las cooperativas son una opción secundaria, una especie de “plan B” del sistema económico. Pero, ¿y si el orden fuera el contrario? ¿Qué pasaría si el modelo económico dominante en el mundo fuera el cooperativo, y el capitalismo un experimento marginal? Esta pregunta, más que una utopía, es una invitación a reflexionar profundamente sobre lo que consideramos “normal” y “posible”.

🔍 ¿Quién definió lo que es “normal” en economía?

La historia económica que aprendimos está escrita desde una narrativa dominante: la del capital privado, la competencia individual, la acumulación y la maximización del beneficio. Lo “natural”, se nos dice, es el mercado libre, el éxito personal y la competencia. Las cooperativas, mutuales y otras formas solidarias han sido reducidas a notas al pie, como si fueran fenómenos simpáticos pero anecdóticos.

Sin embargo, desde comunidades indígenas que practican la reciprocidad hasta redes de solidaridad urbana que nacen en cada crisis, existen formas económicas centradas en la colaboración, el cuidado mutuo y la propiedad colectiva. ¿Y si esas formas no fueran excepciones sino el centro?

🧭 Imaginando un mundo basado en cooperativas

¿Qué pasaría si las cooperativas fueran la regla, no la excepción?

  • Las escuelas enseñarían cooperación desde la infancia, formando ciudadanos que entienden el valor de la comunidad, el trabajo colectivo y la justicia económica.
  • Las empresas serían democráticas por diseño, con decisiones tomadas entre personas y no por accionistas invisibles.
  • La propiedad se distribuiría de forma justa, con énfasis en el bienestar colectivo en lugar del enriquecimiento individual.
  • La tecnología estaría al servicio de la comunidad, no de los monopolios globales.
  • Los medios de comunicación serían cooperativas informativas, independientes y gobernadas por quienes informan y quienes se informan.

Este ejercicio imaginativo no es ingenuo. Nos permite ver con claridad que la “normalidad” capitalista no es natural, ni eterna, ni universal. Es una construcción. Y como toda construcción, puede cambiarse.

🔄 Lo que ganamos (y lo que evitamos)

Un mundo donde el modelo económico predominante fuera cooperativo no solo implicaría más justicia, sino también:

  • Menor desigualdad estructural, al evitar la concentración de la riqueza.
  • Mayor resiliencia económica, al priorizar necesidades reales sobre la especulación.
  • Democracia profunda, más allá del voto político: una democracia económica del día a día.
  • Sostenibilidad auténtica, basada en la corresponsabilidad y el cuidado del entorno.
  • Reducción de la precariedad, al poner en el centro a las personas trabajadoras, no al capital.

¿Y qué evitaríamos? Crisis financieras originadas por la especulación, corrupción ligada a la captura corporativa del Estado, guerras comerciales y explotación laboral masiva.

💡 Entonces, ¿por qué no es así?

Porque los sistemas de poder no sueltan fácilmente sus privilegios. Porque cambiar la base económica de una sociedad implica cuestionar profundamente sus valores culturales, sus instituciones políticas y sus mecanismos legales. Pero también porque, muchas veces, los propios movimientos cooperativos han asumido un papel demasiado modesto, limitado a “resistir” en vez de disputar el sentido común.

No basta con ser “alternativos”. El cooperativismo debe aspirar a ser el modelo hegemónico del futuro. No por imposición, sino por convencimiento. Por viabilidad ética, ecológica y humana.

📣 Cierre: La utopía como método

Imaginemos para transformar. Cambiar la pregunta —de “¿es viable una economía cooperativa?” a “¿por qué no lo es ya?”— nos permite abrir nuevas posibilidades. El papel del cooperativismo no es adaptarse al mundo tal como está, sino construir el mundo tal como podría ser.

Las cooperativas no son un plan B. Son, en muchos aspectos, un plan A aún por desplegar.

y tu ¿Qué opinas?  espero tus comentarios y retroalimentación al final…


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La iniciativa presidencial avanza: luces y sombras

Llamado urgente al Cabildeo Cooperativo

La iniciativa de reforma enviada por la Presidencia de la República a la Cámara de Diputados el pasado 13 de marzo de 2025 ha generado un importante revuelo, particularmente dentro del sector cooperativo y de la economía social y solidaria. Si bien el documento incluye modificaciones a la Ley General de Sociedades Cooperativas (LGSC) y a la Ley de Economía Social y Solidaria (LESS), todo indica que el verdadero objetivo central de la iniciativa se encuentra en la transformación del sistema de adquisiciones públicas en México.

La iniciativa propone la expedición de una nueva Ley de Adquisiciones, Arrendamientos y Servicios del Sector Público, así como reformas a otras leyes fundamentales como la de Austeridad Republicana, la de Obras Públicas y, por supuesto, la LGSC y la LESS. En conjunto, se trata de una reforma de gran alcance que responde a una agenda prioritaria de la Presidencia para fortalecer el control, la digitalización y la centralización de las compras públicas mediante una nueva Plataforma Digital de Contrataciones Públicas, que sustituiría al actual sistema CompraNet.

Este carácter prioritario hace prever que la iniciativa será aprobada rápidamente, sin que haya espacio suficiente para una discusión profunda sobre sus implicaciones para el cooperativismo, ya que el gobierno actual tiene amplia mayoría en ambas cámaras y la mayoría de los legisladores simplemente seguirán la línea y orientación de su partido, sin generar mayor análisis y discusión de la iniciativa. Aunque hay aspectos en las leyes cooperativas que podrían mejorarse, la velocidad del trámite legislativo responde principalmente al interés del Ejecutivo Federal en que la nueva Ley de Adquisiciones y la Plataforma Digital entren en vigor a la brevedad. En ese contexto, el tema cooperativo aparece subordinado a otros objetivos del Estado.

Uno de los puntos más sensibles de la iniciativa es la propuesta de transferir al INAES la facultad de dar fe de los actos corporativos de las cooperativas, eliminando así la intervención de los notarios públicos. Como se ha argumentado en otros análisis, esta propuesta genera dudas sobre su viabilidad jurídica, constitucional y operativa. Sin embargo, es poco probable que este tema por sí solo detenga el avance de la iniciativa en su conjunto, dado que representa un componente secundario frente al núcleo central de la reforma.

En este escenario, fue positivo que, tras la solicitud expresa de líderes del movimiento cooperativo, la Comisión de Economía Social y Fomento del Cooperativismo de la Cámara de Diputados pidiera formalmente que le fuera turnada la iniciativa, a pesar de no haber sido considerada inicialmente. La comisión emitió una opinión favorable con observaciones, lo que representa un avance en términos de participación del sector. No obstante, la iniciativa sigue siendo dictaminada por la Comisión de Transparencia y Anticorrupción, y no hay certeza de que se incorporen las propuestas cooperativas al dictamen final.

El proceso legislativo aún no concluye. Una vez que se apruebe el dictamen en la Comisión de Transparencia y Anticorrupción, será turnado al Pleno de la Cámara de Diputados. Todo indica que allí será aprobado con la mayoría oficialista. Posteriormente, la minuta será enviada al Senado, donde pasará nuevamente por comisiones para su análisis y eventual dictaminación. Es en esta segunda etapa donde el movimiento cooperativo puede y debe redoblar sus esfuerzos de cabildeo y presencia institucional.

La labor del cooperativismo mexicano no debe limitarse a la crítica o a la queja, sino que debe traducirse en acciones concretas de seguimiento legislativo, diálogo institucional y propuestas técnicas. Aunque puede ser difícil modificar sustancialmente el contenido de la iniciativa en esta fase, es fundamental dejar constancia documentada y pública de las preocupaciones, objeciones y propuestas del sector. Esto no solo influye en la toma de decisiones actual, sino que prepara el terreno para una agenda de reformas futuras.

Esta coyuntura legislativa debe ser vista como una oportunidad para que el movimiento cooperativo actúe de manera unida, estratégica y con visión de largo plazo. Las reformas que hoy parecen marginales podrían tener impactos profundos en la operatividad, gobernanza y legalidad de las cooperativas en el futuro. Por eso, es necesario insistir en que cualquier modificación al marco legal del sector debe contar con el análisis técnico correspondiente y con la participación directa de sus actores.

Con respeto institucional, pero con firmeza, el cooperativismo mexicano debe hacer un llamado al Congreso de la Unión, a las comisiones dictaminadoras y a los legisladores en general para que escuchen activamente a quienes han construido durante décadas un modelo económico alternativo, basado en la solidaridad, la democracia y el bien común.

La historia ha demostrado que las leyes que se imponen sin diálogo terminan siendo letra muerta o fuente de conflictos. Hoy tenemos la oportunidad de corregir el rumbo, fortalecer al INAES en sus funciones de fomento —no de control— y reconocer a las cooperativas como verdaderos actores del desarrollo nacional. Que así sea.

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La función notarial, el INAES y los riesgos de sustituir la fe pública

Un llamado a los legisladores del Congreso de la Unión.

La reciente iniciativa presentada el 13 de marzo de 2025 en la Cámara de Diputados, que propone reformas significativas a la Ley de Economía Social y Solidaria y a la Ley General de Sociedades Cooperativas, ha generado un amplio debate en el sector cooperativo y entre especialistas en derecho.

Entre las modificaciones más destacadas se encuentra la propuesta de que el Instituto Nacional de la Economía Social (INAES) asuma la función de dar fe de los actos corporativos de las cooperativas, una tarea que tradicionalmente ha sido desempeñada por notarios públicos. Esta medida, aunque busca simplificar procesos y reducir costos para las cooperativas, plantea diversas implicaciones legales y operativas que merecen un análisis detallado.

En México, la función notarial es esencial para garantizar la autenticidad y legalidad de diversos actos jurídicos. Los notarios públicos, profesionales del derecho investidos de fe pública por el Estado, tienen la responsabilidad de dar certeza y seguridad jurídica a los actos y contratos que autorizan. Su intervención asegura que los documentos notariales sean reconocidos y válidos tanto a nivel nacional como internacional.

La propuesta de transferir esta función al INAES plantea interrogantes sobre la capacidad de este instituto para asumir tales responsabilidades. Aunque el INAES juega un papel crucial en el fomento y desarrollo de la economía social, sus atribuciones actuales no incluyen funciones notariales. Asignarle esta tarea implicaría no solo una reestructuración interna significativa, sino también la garantía de que el personal esté debidamente capacitado para ejercer funciones que requieren un alto grado de especialización y responsabilidad.

Actualmente, la única instancia federal que tiene facultades para ejercer funciones notariales es la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), y solo en el ámbito internacional, mediante sus oficinas consulares y bajo condiciones muy específicas. Asimismo, los corredores públicos tienen fe pública en materia mercantil, pero su actuación está regulada por la Ley Federal de Correduría Pública, y se limita exclusivamente a actos de comercio.

Ambos casos están claramente definidos por leyes especiales que regulan esa función. De aprobarse la reforma, el INAES se convertiría en la primera entidad administrativa federal con atribuciones para ejercer fe pública en el ámbito interno, sin que exista una ley especializada que regule tal función ni un marco constitucional que lo sustente.

La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establece en su artículo 121, fracción IV, que los actos públicos de una entidad federativa gozarán de fe y crédito en las otras. Esto subraya la importancia de que los actos jurídicos, como los realizados ante notarios, tengan reconocimiento en todo el país. Modificar la entidad responsable de otorgar fe pública podría requerir no solo cambios en leyes secundarias, sino también una reforma constitucional para asegurar la coherencia y validez de los actos jurídicos en el ámbito nacional.

Además, la función notarial está regulada por leyes estatales, y los notarios son supervisados por autoridades locales. La centralización de esta función en una entidad federal como el INAES podría entrar en conflicto con las competencias estatales, lo que añade una capa de complejidad legal a la propuesta.

Las Sociedades Cooperativas de Ahorro y Préstamo (SOCAPs), al formar parte del Sistema Financiero Mexicano, están sujetas a regulaciones estrictas y supervisión por parte de entidades como la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) y el Banco de México (BdeM). Cualquier modificación en la certificación de sus actos corporativos podría generar incertidumbre jurídica, afectando la confianza de los socios y terceros, y potencialmente desestabilizando el sistema financiero. Por ello, se considera indispensable que estas autoridades sean consultadas formalmente antes de aprobar cualquier cambio que involucre a entidades bajo su supervisión.

Otro aspecto que ha llamado la atención es el procedimiento legislativo seguido para esta iniciativa. Tradicionalmente, las propuestas relacionadas con el cooperativismo y la economía social son turnadas a la Comisión de Economía Social y Fomento del Cooperativismo de la Cámara de Diputados, especializada en estos temas. Sin embargo, en este caso, la iniciativa no fue remitida a dicha comisión para su revisión y dictamen. Esta omisión podría limitar el análisis profundo y especializado que una propuesta de tal magnitud requiere, además de restar participación a los actores directamente involucrados en el sector cooperativo.

Dada la relevancia y las posibles implicaciones de la propuesta, es fundamental que el Congreso de la Unión proceda con cautela. Se recomienda encarecidamente que se realicen consultas amplias que incluyan a las autoridades regulatorias del sistema financiero, expertos en derecho constitucional y, sobre todo, a los propios integrantes del movimiento cooperativo. La participación activa de estos actores garantizará que cualquier reforma refleje las necesidades reales del sector y se implemente de manera coherente con el marco legal vigente.

Por ello, se hace un llamado respetuoso al Congreso de la Unión, a la Cámara de Diputados y al Senado para que tomen el tiempo necesario en el estudio de esta iniciativa, asegurando que cualquier cambio fortalezca y no debilite al movimiento cooperativo en México. Especialmente, se solicita que se escuche la voz del cooperativismo organizado, representado por sus principales organismos de integración, quienes han construido durante décadas una propuesta sólida de economía democrática, solidaria y comunitaria para el país.

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Un llamado al movimiento cooperativo

Participar, proponer y defender nuestra identidad

Con este artículo concluimos una serie de siete textos dedicados al análisis reflexivo de la iniciativa de reforma legal presentada por el Ejecutivo federal el 13 de marzo de 2025, la cual propone cambios significativos a la Ley General de Sociedades Cooperativas (LGSC), la Ley de Economía Social y Solidaria (LESS) y otras disposiciones relacionadas con el sector.

Durante esta serie, hemos abordado los elementos clave de la propuesta: la nueva centralidad del INAES, la eliminación de las funciones notariales en la constitución de cooperativas, la creación de un Registro Nacional, la apertura a contrataciones públicas y los riesgos de control estatal sobre un sector históricamente autogestivo.

Este último artículo es una invitación clara y directa a la acción colectiva. Porque el momento que vivimos no es menor. Esta iniciativa representa un punto de inflexión en la historia del cooperativismo mexicano. Puede significar una oportunidad para su fortalecimiento, o un retroceso en términos de autonomía, identidad y participación.

Lo que está en juego.

No se trata únicamente de cambios legales o administrativos. Lo que está en juego es el modelo mismo de sociedad que queremos construir desde el cooperativismo: uno basado en la democracia económica, la solidaridad, la participación consciente y el compromiso comunitario.

Permitir que esta iniciativa se apruebe sin un debate público amplio, sin participación real del sector cooperativo, sería un error histórico. No podemos permitir que otros decidan por nosotros. La ley que rige a las cooperativas debe ser el reflejo de nuestra identidad, no de intereses ajenos.

¿Qué debe hacer el movimiento cooperativo?

  • Informarse: es necesario que todas las cooperativas, federaciones, confederaciones y consejo(s) superior(es) conozcan el contenido de la iniciativa y sus posibles impactos.
  • Reflexionar: más allá de la técnica legal, debemos analizar lo que esta reforma implica para nuestra práctica cotidiana, nuestros valores y nuestros derechos.
  • Proponer: como sector organizado, debemos presentar alternativas viables, construir propuestas de modificación, y plantear modelos legislativos que sí respondan a nuestra naturaleza.
  • Incidir: necesitamos interlocución directa con diputadas, diputados, senadoras y senadores. Hay que solicitar audiencias, enviar posicionamientos, participar en foros y comisiones.
  • Movilizar: si es necesario, debemos articularnos públicamente, con mensajes claros y contundentes que defiendan la esencia del cooperativismo.

No basta con reaccionar. Es momento de actuar estratégicamente, con unidad, visión y propuestas. El cooperativismo ha demostrado su capacidad de organización, su arraigo territorial y su vocación transformadora. Ahora toca demostrar que también sabe defender sus conquistas históricas y su derecho a decidir su propio camino.

El papel de los organismos de integración.

Los órganos de integración –uniones, federaciones, confederaciones y consejo(s) superior(es)– tienen una responsabilidad especial en este momento. Su voz debe ser clara, firme y representativa. Son ellos quienes deben liderar el proceso de respuesta institucional del sector.

Asimismo, deben convocar a la base cooperativa a informarse, debatir y participar. No hay tiempo para la indiferencia. El futuro legal del cooperativismo se está escribiendo hoy.

Es momento de dejar afuera intereses particulares de líderes y organizaciones, es momento de unidad nacional, de hacer vida el Sexto Principio Cooperativo, por una causa común.

Un mensaje a los legisladores y al Ejecutivo.

A quienes ocupan cargos de representación popular y de responsabilidad institucional en el Ejecutivo federal, queremos decirles con respeto y claridad: el cooperativismo no es un accesorio del desarrollo económico. Es una forma legítima, constitucional y eficaz de construir economía con rostro humano.

Cualquier reforma que afecte al sector debe contar con su participación, su voz y su experiencia. Las leyes no pueden imponerse desde arriba. Deben construirse con quienes las vivirán día a día desde sus comunidades y territorios.

Por una ley construida desde el cooperativismo.

Desde aquí hacemos un llamado a todas y todos quienes creen en la democracia económica, la justicia social y la soberanía de los pueblos: acompañemos este proceso con conciencia y con acción. Que esta reforma no pase desapercibida, y mucho menos, que pase sin nuestra participación activa.

Porque una ley sin el cooperativismo no es ley para el cooperativismo. Y una transformación sin el pueblo organizado no es transformación.

El futuro es ahora. Participemos, propongamos, defendamos. Juntas y juntos, desde el corazón cooperativo de México.

Esta ha sido el último artículo, te invito a leer toda la serie de reflexiones sobre esta importante iniciativa de reforma. Cada texto aborda un tema clave que debemos comprender como movimiento cooperativo:

  1. Introducción: Una iniciativa que nos llama a reflexionar
  2. ¿Modernización o riesgo de control?
  3. El INAES en el centro: ¿Fomento, control o ambas?
  4. Fin de los notarios, nacimiento del registro único
  5. Un registro nacional para todo el cooperativismo
  6. ¿Oportunidad o trampa? Contrataciones públicas y cooperativas
  7. Conclusión: Un llamado a la UNIDAD del movimiento cooperativo

Este es un momento único, y está en nuestras manos aprovecharlo con responsabilidad, unidad y participación activa. El futuro del cooperativismo no debe decidirse sin nuestra voz ni sin nuestra propuesta.

Leamos, debatamos, propongamos. Hagámoslo juntas y juntos, como movimiento.

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¿Oportunidad o trampa?

La apertura del cooperativismo a las contrataciones públicas

Uno de los elementos novedosos de la iniciativa de reforma legal es la inclusión explícita del sector social de la economía, y particularmente de las cooperativas, como posibles participantes en los procedimientos de contratación pública previstos en la nueva Ley de Adquisiciones, Arrendamientos y Servicios del Sector Público.

A primera vista, esto puede parecer una gran oportunidad: abrir el mercado de compras públicas a las cooperativas significaría habilitar una fuente de ingresos constante, predecible y significativa. Sin embargo, esta inclusión también plantea una serie de preguntas importantes sobre las condiciones, los riesgos y la compatibilidad de las contrataciones estatales con la lógica cooperativa.
 

El planteamiento de la iniciativa.

La propuesta establece que las entidades del sector social podrán ser proveedoras del Estado en igualdad de condiciones que otros sectores. Esto incluiría participar en licitaciones, adjudicaciones directas, convenios marco y otras formas de contratación.

Ventajas potenciales.

  • Ampliación del mercado: las cooperativas podrían acceder a contratos para proveer bienes y servicios a dependencias públicas, abriendo un canal de ingresos más estable.
  • Visibilización institucional: ser reconocidas como proveedoras formales del Estado elevaría el perfil y la legitimidad de las cooperativas ante terceros.
  • Diversificación económica: cooperativas de producción, consumo, trabajo o multiservicios podrían desarrollar líneas de negocio orientadas al sector público.
  • Incentivo a la formalización: el acceso a estos contratos puede alentar a que más cooperativas se formalicen y fortalezcan jurídicamente.

Riesgos e implicaciones.

  • Lógica de mercado vs. lógica cooperativa: el sistema de contrataciones públicas está diseñado para empresas mercantiles, no para organizaciones con valores solidarios y decisiones democráticas.
  • Competencia desigual: las cooperativas suelen tener menos capital, estructura administrativa o experiencia en licitaciones que grandes proveedores privados.
  • Posible desnaturalización: si se prioriza el ingreso por encima del impacto social, algunas cooperativas podrían adaptarse al modelo empresarial tradicional, debilitando su identidad.
  • Riesgo de cooptación: sin mecanismos de equidad, las cooperativas con vínculos políticos podrían acaparar contratos, generando clientelismo y concentración.
  • Sobrerregulación: los requisitos técnicos, fiscales y administrativos para contratar con el Estado podrían excluir a muchas cooperativas pequeñas o nuevas.

Reflexiones estratégicas.

La contratación pública puede ser una herramienta poderosa para el fomento de la economía social, siempre que se diseñe con criterios diferenciados. No basta con abrir el mercado, hay que adaptarlo a la realidad y misión del sector cooperativo.

Algunas preguntas clave que deben considerarse:

  • ¿Habrá criterios sociales o solidarios en las licitaciones?
  • ¿Se considerarán procesos asociativos o territoriales como ventaja competitiva?
  • ¿El INAES o las federaciones cooperativas podrán acompañar técnicamente a sus afiliadas en estos procesos?

Una consideración clave que la iniciativa no contempla, pero que sería fundamental, es el papel que podría desempeñar el INAES como instancia de acompañamiento técnico y puente institucional. Esta función permitiría que el Instituto no solo registre cooperativas, sino que también facilite su participación efectiva en contrataciones públicas mediante asesoría, vinculación con dependencias, y seguimiento a convocatorias. Asimismo, este acompañamiento debería realizarse en articulación con las federaciones, confederaciones y las Instituciones de Asistencia Técnica (IAT) que ya están contempladas en la Ley General de Sociedades Cooperativas como entidades de apoyo al desarrollo cooperativo. En lugar de ser únicamente un ente registrador, el INAES podría convertirse en un impulsor estratégico del acceso cooperativo al mercado público, especialmente para aquellas organizaciones con menor capacidad operativa o administrativa.

  • ¿Habrá convocatorias específicas para el sector social?

Propuestas de mejora:

  • Incorporar cláusulas sociales en la Ley de Adquisiciones: valorar el impacto local, la participación democrática y el beneficio colectivo como criterios de selección.
  • Diseñar esquemas diferenciados de contratación: convocatorias exclusivas para cooperativas, con requisitos adaptados.
  • Crear una plataforma de enlace: una ventanilla única donde las dependencias conozcan las capacidades de las cooperativas registradas.
  • Capacitación especializada: formar a las cooperativas en procesos de contratación pública, con apoyo del INAES y universidades.
  • Fortalecer alianzas cooperativas: fomentar que varias cooperativas se asocien para ofrecer servicios conjuntos al Estado.

Ejemplos internacionales.

En países como Italia o Francia, las llamadas ‘cooperativas sociales’ tienen prioridad en la provisión de ciertos servicios públicos, especialmente en sectores como cuidado, educación o medio ambiente. Estas leyes no solo les dan acceso, sino que reconocen su aporte diferencial.

En América Latina, Colombia y Uruguay han desarrollado experiencias de compras públicas inclusivas que podrían servir de inspiración para México.

Conclusión.

La apertura del mercado de contrataciones públicas al sector cooperativo es una oportunidad, pero también un reto. Puede convertirse en una vía de fortalecimiento económico o en una trampa que desvirtúe la esencia del cooperativismo.

El sector debe participar activamente en el diseño de los mecanismos específicos, para garantizar que las reglas del juego no sean las del mercado puro, sino las de la justicia económica y la solidaridad.

En el siguiente y último artículo de esta serie, reflexionaremos sobre la importancia de que el movimiento cooperativo se una y participe activamente en este proceso legislativo, proponiendo mejoras y defendiendo su identidad.

Te invito a leer toda la serie de reflexiones sobre esta importante iniciativa de reforma. Cada texto aborda un tema clave que debemos comprender como movimiento cooperativo:

  1. Introducción: Una iniciativa que nos llama a reflexionar
  2. ¿Modernización o riesgo de control?
  3. El INAES en el centro: ¿Fomento, control o ambas?
  4. Fin de los notarios, nacimiento del registro único
  5. Un registro nacional para todo el cooperativismo
  6. ¿Oportunidad o trampa? Contrataciones públicas y cooperativas
  7. Conclusión: Un llamado a la UNIDAD del movimiento cooperativo

Este es un momento único, y está en nuestras manos aprovecharlo con responsabilidad, unidad y participación activa. El futuro del cooperativismo no debe decidirse sin nuestra voz ni sin nuestra propuesta.

Leamos, debatamos, propongamos. Hagámoslo juntas y juntos, como movimiento.

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Un Registro Nacional para todo el cooperativismo

Luces y sombras de concentrar el padrón cooperativo en manos del Estado

Uno de los elementos estructurales de la iniciativa de reforma presentada por el Ejecutivo federal es la creación de un Registro Nacional de Cooperativas y Entidades de la Economía Social y Solidaria (ESS), a cargo del Instituto Nacional de la Economía Social (INAES). Esta propuesta busca consolidar, en un solo sistema, toda la información relacionada con las cooperativas, mutualidades, empresas sociales, asociaciones civiles con actividades productivas y otras formas organizativas del sector.


A primera vista, la idea de un registro único parece sensata: facilitaría el acceso a información verificada, permitiría diseñar mejores políticas públicas y visibilizaría el aporte económico y social del sector. Sin embargo, también abre interrogantes en torno a su implementación, uso político, capacidad institucional del INAES y respeto a la autonomía del sector.

¿Qué propone la iniciativa?

El proyecto establece que todas las entidades del sector social deberán registrarse en este nuevo sistema como condición para acceder a apoyos, programas, contrataciones públicas y otros beneficios. El INAES sería el encargado de operarlo, validarlo y actualizarlo.

Ventajas potenciales.

  • Visibilidad y diagnóstico: por primera vez se tendría un panorama nacional completo del cooperativismo y la ESS, con datos útiles para tomar decisiones públicas.
  • Transparencia: el registro permitiría conocer quién es quién en el sector, reduciendo el riesgo de simulación o uso indebido de figuras jurídicas cooperativas.
  • Focalización de apoyos: con una base de datos clara, se podrían asignar recursos y programas de forma más equitativa.
  • Reconocimiento formal: el registro podría ayudar a posicionar al sector ante otras instituciones públicas y privadas.

Riesgos e implicaciones críticas.

  • Centralización excesiva: concentrar toda la información en un solo organismo gubernamental puede derivar en burocratización, lentitud y posibles errores administrativos.
  • Control político: al depender del Ejecutivo, el registro podría usarse para premiar o castigar organizaciones según afinidades ideológicas.
  • Exclusión por barreras tecnológicas: cooperativas en zonas rurales o con baja conectividad digital podrían quedar fuera del sistema por falta de capacitación o infraestructura.
  • Desplazamiento de otros registros: muchas cooperativas ya están inscritas en registros estatales o municipales. No se define cómo se articularán estos padrones.
  • Vulneración de la autonomía: si el registro se convierte en requisito obligatorio para operar legalmente, se corre el riesgo de que el Estado controle indirectamente la existencia misma de las organizaciones.

¿Qué condiciones debería cumplir un buen Registro Nacional?

Para que esta propuesta sea realmente útil y respetuosa de la naturaleza del sector, se requeriría:

  • Diseño participativo: con aportes del movimiento cooperativo, mutualista y solidario en su arquitectura y funcionamiento.
  • Transparencia: que el acceso a la información sea público, con criterios éticos y protección de datos sensibles.
  • Descentralización: oficinas o mecanismos de apoyo regional que acompañen el proceso de registro.
  • Accesibilidad: formatos multilingües, físicos y digitales, con acompañamiento técnico gratuito.
  • Autonomía institucional: idealmente, el registro debería estar en manos de un órgano mixto con participación estatal y social.

Ejemplos internacionales.

En países como Uruguay y Colombia existen registros cooperativos, pero son gestionados con apoyo de entes mixtos o en colaboración con federaciones. En España, el registro depende de las comunidades autónomas, lo cual permite adaptarlo a realidades territoriales.

México podría innovar con un modelo participativo, pero la iniciativa actual no camina en esa dirección. Al contrario, refuerza una lógica vertical, centralista y controladora.

Propuesta alternativa.

  • Crear un Sistema Nacional de Información Cooperativa y Solidaria, con base en el INAES pero con consejo ciudadano de gobernanza.
  • Articular registros estatales, municipales y federales, con interoperabilidad técnica.
  • Reconocer como válidos los registros existentes y facilitar su migración sin burocracia.
  • Usar el registro como herramienta de fomento, no de control.

Conclusión.

El registro único puede ser una herramienta poderosa para el desarrollo del sector cooperativo y solidario, siempre que se diseñe e implemente con principios de participación, transparencia, respeto a la diversidad y descentralización.

No se trata de oponerse al registro, sino de exigir que cumpla su verdadera función: visibilizar, fortalecer y articular, no controlar ni condicionar la existencia de las organizaciones del sector social.

En el siguiente artículo analizaremos el tema de la incorporación del sector social en las contrataciones públicas, otra de las grandes novedades de la reforma que también genera múltiples implicaciones.

Te invito a leer toda la serie de reflexiones sobre esta importante iniciativa de reforma. Cada texto aborda un tema clave que debemos comprender como movimiento cooperativo:

  1. Introducción: Una iniciativa que nos llama a reflexionar
  2. ¿Modernización o riesgo de control?
  3. El INAES en el centro: ¿Fomento, control o ambas?
  4. Fin de los notarios, nacimiento del registro único
  5. Un registro nacional para todo el cooperativismo
  6. ¿Oportunidad o trampa? Contrataciones públicas y cooperativas
  7. Conclusión: Un llamado a la UNIDAD del movimiento cooperativo

Este es un momento único, y está en nuestras manos aprovecharlo con responsabilidad, unidad y participación activa. El futuro del cooperativismo no debe decidirse sin nuestra voz ni sin nuestra propuesta.

Leamos, debatamos, propongamos. Hagámoslo juntas y juntos, como movimiento.

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Fin de los Notarios, nacimiento del Registro único

¿Simplificación o pérdida de certeza jurídica para las cooperativas?

Uno de los aspectos más disruptivos de la iniciativa de reforma presentada por el Ejecutivo federal es la eliminación de la figura del Notario o Corredor Público en la constitución y actos corporativos de las cooperativas. En su lugar, la propuesta establece que dichas funciones serán asumidas directamente por el Instituto Nacional de la Economía Social (INAES), a través de un nuevo sistema de registro.

Esta medida, que a primera vista puede parecer una simplificación administrativa favorable, encierra profundas implicaciones jurídicas, operativas e institucionales que deben ser analizadas con cuidado.

El planteamiento legal.

La propuesta indica que las sociedades cooperativas podrán constituirse mediante un acta suscrita ante el INAES, sin necesidad de protocolización ante fedatario público. Del mismo modo, cualquier modificación estatutaria, acuerdo de asamblea, fusión, escisión o transformación también deberá inscribirse directamente ante el organismo.

Este cambio implicaría que el INAES se convierta, en la práctica, en el fedatario exclusivo del cooperativismo mexicano. A través de un sistema informático aún no especificado, se pretende que miles de actos jurídicos al año puedan tramitarse de forma directa, sin pasar por notaría alguna.

Ventajas esperadas.

Las razones que se esgrimen a favor de esta reforma son comprensibles:

  • Reducción de costos: las notarías representan un gasto elevado, especialmente para cooperativas pequeñas o en formación.
  • Mayor accesibilidad: muchas regiones del país carecen de notarios públicos, lo que hace casi imposible cumplir con los requisitos actuales.
  • Agilidad: eliminar la intermediación notarial podría, en teoría, acelerar los procesos de constitución y modificación estatutaria.

Desde una perspectiva de inclusión territorial y justicia social, facilitar el acceso legal a las comunidades organizadas es un objetivo valioso. No obstante, el problema está en cómo se sustituye una figura jurídica con funciones de fe pública por un ente administrativo sin el mismo respaldo constitucional ni operatividad territorial.

Riesgos jurídicos y operativos.

  • Pérdida de certeza jurídica: los notarios actúan como garantes de la legalidad y autenticidad de los actos que presencian. Suprimirlos sin un mecanismo equivalente puede generar actos viciados, impugnables o carentes de valor probatorio.

Cabe destacar que la función notarial en México no es meramente operativa, sino que se encuentra reconocida en el artículo 121 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y regulada por leyes estatales específicas. Los notarios ejercen fe pública, una figura jurídica que otorga validez, autenticidad y seguridad a los actos que formalizan. Sustituir esta función constitucional por una plataforma administrativa del INAES sin el mínimo respaldo ni controles externos, implica un debilitamiento estructural de la certeza jurídica que protege tanto a las cooperativas como a terceros involucrados en sus operaciones.

  • Ausencia de control de legalidad: los notarios no solo dan fe, también revisan el cumplimiento de normas legales en la redacción de estatutos, asambleas y reformas. El INAES no tiene esa función ni el personal capacitado en todo el país.
  • Vulnerabilidad ante conflictos internos: si no hay una validación externa e imparcial de los acuerdos, se pueden multiplicar los conflictos entre socios por decisiones controvertidas.
  • Saturación del sistema: el INAES tendría que asumir miles de trámites anuales, sin estructura técnica ni territorial suficiente. La simplificación puede derivar en caos administrativo.
  • Inseguridad para terceros: bancos, proveedores, inversionistas y autoridades pueden no confiar en documentos emitidos sin fe pública notarial, afectando el acceso a financiamiento y la formalización de relaciones contractuales.

Comparación internacional.

En la mayoría de los países con fuerte desarrollo cooperativo, los actos de constitución y modificación de las cooperativas se realizan ante fedatario público o autoridad judicial. Incluso donde existen registros especializados, estos coexisten con la validación notarial, como forma de garantizar seguridad jurídica.

México sería uno de los pocos países en donde una autoridad administrativa asuma de forma exclusiva funciones de autenticación y legalización de actos cooperativos, sin controles externos.

¿Qué alternativas existen?

La eliminación de las notarías no tiene por qué ser total. Se pueden plantear alternativas que combinen accesibilidad con certeza jurídica:

  • Mecanismos opcionales: permitir a las cooperativas elegir entre acudir al INAES o a un notario, según su contexto.
  • Tarifas sociales notariales: establecer aranceles reducidos para cooperativas en zonas rurales o de economía solidaria.
  • Convenios con notarios solidarios: crear una red nacional de notarios con vocación social, capacitados en cooperativismo.
  • Asistencia legal técnica: dotar al INAES de asesores jurídicos comunitarios, que acompañen los procesos pero sin sustituir la fe pública.

Una preocupación estructural.

Este tema revela un problema más profundo: la falta de una política estatal que reconozca la especificidad jurídica del cooperativismo. Las cooperativas no son ni empresas mercantiles ni organizaciones civiles comunes, son EMPRESAS-SOCIALES. Necesitan un marco normativo y operativo adecuado, que combine seguridad legal, reconocimiento institucional y flexibilidad organizativa.

Al convertir al INAES en registrador, validador y árbitro de todos los actos jurídicos cooperativos, se consolida un modelo centralista, ineficiente y riesgoso. Lo que debía ser fomento se transforma en supervisión; lo que debía ser apoyo, se convierte en burocracia.

Conclusión.

La intención de facilitar la constitución de cooperativas es positiva, pero el mecanismo propuesto genera más dudas que certezas. No se puede debilitar la seguridad jurídica en nombre de la simplificación. Tampoco se debe cargar al INAES con funciones que ni le corresponden ni puede cumplir.

Se necesita una solución equilibrada, que garantice accesibilidad sin sacrificar legalidad. Y, sobre todo, se requiere la participación activa del movimiento cooperativo en el diseño e implementación de cualquier cambio.

En el siguiente artículo analizaremos el impacto de la creación del Registro Nacional de Cooperativas y Entidades de la ESS, también a cargo del INAES, y sus implicaciones para el reconocimiento, monitoreo y fortalecimiento del sector.

Te invito a leer toda la serie de reflexiones sobre esta importante iniciativa de reforma. Cada texto aborda un tema clave que debemos comprender como movimiento cooperativo:

  1. Introducción: Una iniciativa que nos llama a reflexionar
  2. ¿Modernización o riesgo de control?
  3. El INAES en el centro: ¿Fomento, control o ambas?
  4. Fin de los notarios, nacimiento del registro único
  5. Un registro nacional para todo el cooperativismo
  6. ¿Oportunidad o trampa? Contrataciones públicas y cooperativas
  7. Conclusión: Un llamado a la UNIDAD del movimiento cooperativo

Este es un momento único, y está en nuestras manos aprovecharlo con responsabilidad, unidad y participación activa. El futuro del cooperativismo no debe decidirse sin nuestra voz ni sin nuestra propuesta.

Leamos, debatamos, propongamos. Hagámoslo juntas y juntos, como movimiento.

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El INAES en el centro: ¿Fomento, control o ambas?

Riesgos y oportunidades para el sector cooperativo

En el contexto de la reciente iniciativa de reforma presentada por el Ejecutivo federal, uno de los elementos más relevantes y polémicos es el papel que se le asigna al Instituto Nacional de la Economía Social (INAES). Esta institución, creada con la intención de fomentar el desarrollo del sector social de la economía, parece ahora colocarse en el centro de la estructura jurídica propuesta, con funciones que van mucho más allá del fomento.

Este artículo tiene como objetivo analizar las implicaciones de esta nueva centralidad del INAES: ¿estamos ante un fortalecimiento necesario para impulsar a las cooperativas y empresas sociales, o se trata de un giro institucional que amenaza la autonomía del sector mediante una lógica de control estatal?

De fomento a control: el cambio de paradigma

Desde su creación, el INAES ha tenido un mandato orientado al fomento: promover la organización, financiamiento, asistencia técnica, capacitación y fortalecimiento de las entidades de la economía social y solidaria. Sin embargo, la iniciativa de reforma propone que esta institución no solo fomente, sino que también registre, supervise y valide los actos jurídicos de las cooperativas.

Entre las nuevas responsabilidades se contemplan:

  • Constituir cooperativas directamente ante el INAES, sin notarios ni corredores públicos.
  • Registrar todas las reformas estatutarias y actos corporativos.
  • Operar el Registro Nacional de Cooperativas y Entidades de la ESS.
  • Ser vínculo para que las cooperativas accedan a contrataciones públicas.

Este cambio representa una mutación institucional: de promotor a guardian,  de aliado a regulador, de facilitador a autoridad central.

Ventajas potenciales

Entre los beneficios que este cambio podría traer, destacan:

  • Accesibilidad: cooperativas rurales o de comunidades marginadas podrían constituirse sin necesidad de cubrir costosos servicios notariales.
  • Centralización de la información: con un registro único se podrían diseñar mejores políticas públicas basadas en datos reales y actualizados.
  • Mayor reconocimiento institucional: el INAES tendría un papel protagónico, lo que podría atraer mayor atención presupuestal y política.
  • Simplificación administrativa: al concentrar trámites en una sola entidad, se podrían reducir tiempos y costos, si el sistema es eficiente.

Riesgos institucionales y políticos.

Sin embargo, el desplazamiento del INAES hacia un rol de control también conlleva múltiples riesgos:

  • Autonomía en peligro: si el Estado valida cada decisión interna de las cooperativas, se rompe con el principio de autogestión.
  • Concentración excesiva de funciones: el INAES carece actualmente de la infraestructura, personal y tecnología para operar eficazmente este nuevo esquema.
  • Burocratización: en lugar de simplificar, podría generar cuellos de botella que retrasen operaciones básicas de las cooperativas.
  • Uso político: al depender directamente del Ejecutivo, el INAES podría ser utilizado con fines electorales o clientelares.
  • Desconfianza del sector: muchas cooperativas podrían optar por la informalidad o el aislamiento si perciben al INAES como una autoridad vigilante y no como un aliado estratégico.

Análisis desde la identidad cooperativa.

El cooperativismo es, por esencia, un modelo democrático y autogestionario. Sus órganos de gobierno surgen de la base social y responden a una lógica distinta de la empresarial tradicional. Cualquier intento de subordinación institucional por parte del Estado debe ser examinado críticamente.

El problema no es que exista regulación, sino que se concentre en una sola entidad con funciones contradictorias. El mismo organismo no puede fomentar, fiscalizar, sancionar y validar actos jurídicos. Se requiere una estructura diferenciada, con participación del sector en los procesos de gobernanza y toma de decisiones.

¿Qué debería hacer realmente el INAES?

Desde una visión cooperativa, el INAES debería centrarse en:

  • Formular políticas públicas de largo plazo para el desarrollo de la economía social.
  • Financiar proyectos viables con visión solidaria.
  • Generar redes territoriales de acompañamiento y formación.
  • Impulsar el acceso a mercados diferenciados.
  • Articular esfuerzos interinstitucionales.
  • Y sobre todo: ser un facilitador del protagonismo del propio sector, no un interventor de sus decisiones internas.

Experiencias internacionales.

En otros países con sectores cooperativos fuertes, como Canadá, Francia, Brasil, Argentina o Uruguay, el papel del Estado es más bien subsidiario: crea condiciones, respeta la autonomía, financia procesos estratégicos y fomenta la participación. No asume el control absoluto del registro, la constitución ni la vida jurídica de las cooperativas.

México debe aprender de estas experiencias y evitar replicar modelos burocráticos ineficientes o controladores.

Propuestas y contrapesos necesarios.

Si la reforma avanza, es imprescindible establecer contrapesos claros para que el INAES no se convierta en una entidad con poder excesivo. Algunas propuestas incluyen:

  • Crear un Consejo Nacional del Sector Social de la Economía, con representación de cooperativas, mutualidades y empresas sociales.
  • Establecer una figura de defensoría o acompañamiento legal independiente.
  • Generar mecanismos de rendición de cuentas públicos y auditables.
  • Garantizar que el registro y constitución sean accesibles, pero también sujetos a revisión por órganos autónomos.

Conclusión.

El cooperativismo necesita un Estado que lo reconozca, lo apoye y lo impulse. Pero también requiere que se respete su identidad, su autonomía y su capacidad de autogestión. El INAES puede y debe jugar un papel estratégico, pero no puede convertirse en juez y parte de todo el sector.

Estamos a tiempo de abrir el debate, mejorar la propuesta legal y construir un modelo institucional participativo, ético y funcional.

¡ El movimiento cooperativo tiene la palabra !.

En el siguiente artículo abordaremos el tema del Registro Único y la desaparición del papel de los notarios públicos en la constitución y operación de las cooperativas. Un cambio que, sin duda, amerita especial atención.

Te invito a leer toda la serie de reflexiones sobre esta importante iniciativa de reforma. Cada texto aborda un tema clave que debemos comprender como movimiento cooperativo:

  1. Introducción: Una iniciativa que nos llama a reflexionar
  2. ¿Modernización o riesgo de control?
  3. El INAES en el centro: ¿Fomento, control o ambas?
  4. Fin de los notarios, nacimiento del registro único
  5. Un registro nacional para todo el cooperativismo
  6. ¿Oportunidad o trampa? Contrataciones públicas y cooperativas
  7. Conclusión: Un llamado a la UNIDAD del movimiento cooperativo

Este es un momento único, y está en nuestras manos aprovecharlo con responsabilidad, unidad y participación activa. El futuro del cooperativismo no debe decidirse sin nuestra voz ni sin nuestra propuesta.

Leamos, debatamos, propongamos. Hagámoslo juntas y juntos, como movimiento.

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¿Modernización o Riesgo de Control?

Análisis general de la nueva iniciativa legal sobre cooperativismo y economía social

La reciente iniciativa presentada por el Ejecutivo federal ante la Cámara de Diputados, publicada en la Gaceta Parlamentaria del 13 de marzo de 2025, ha generado inquietudes y expectativas en el sector cooperativo y en las organizaciones de la economía social y solidaria (ESS) en México.

Bajo el argumento de modernizar el marco jurídico, la propuesta plantea reformas a la Ley General de Sociedades Cooperativas (LGSC), a la Ley de Economía Social y Solidaria (LESS), así como la expedición de una nueva Ley de Adquisiciones, Arrendamientos y Servicios del Sector Público, y modificaciones a la Ley Federal de Austeridad Republicana, entre otras.

En este primer artículo de análisis, exploramos los aspectos generales de la iniciativa, evaluando tanto sus posibles aportaciones como los riesgos que conlleva, particularmente en términos de autonomía, identidad cooperativa y estructura institucional del sector social de la economía.

Contexto constitucional y legal.

El artículo 25 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos reconoce expresamente al sector social de la economía como parte fundamental del desarrollo nacional, al lado de los sectores público y privado. Esta disposición, sin embargo, ha tenido escasa operatividad en décadas recientes, y el reconocimiento legal no ha sido acompañado por una política pública sostenida de fomento, financiamiento y fortalecimiento institucional para las cooperativas y demás formas organizativas del sector social.

En ese sentido, la iniciativa parte de un acierto: reconocer la necesidad de actualizar el marco normativo que rige al cooperativismo y a la ESS, e integrarlos a las políticas económicas nacionales. No obstante, como veremos, lo hace sin romper con una visión funcional, utilitaria y limitada del sector.

Los ejes centrales de la iniciativa.

Desde un análisis integral, la propuesta gira en torno a cinco grandes ejes temáticos:

  1. Reconfiguración de las atribuciones del INAES, ampliando sus funciones hacia la constitución, registro y supervisión de cooperativas.
  2. Eliminación del requisito de protocolización notarial para actos constitutivos y corporativos de las cooperativas.
  3. Creación de un Registro Nacional de Cooperativas y Entidades de la ESS, a cargo del INAES.
  4. Inclusión formal del sector social en los procedimientos de contratación pública.
  5. Modificación del lenguaje y objetivos en la LESS y la LGSC, con un enfoque más funcionalista que transformador.

¿Qué se gana con esta reforma?

En primer lugar, se reconoce con mayor claridad el papel del sector social en la economía nacional. Las menciones explícitas a la posibilidad de que las cooperativas participen en licitaciones, convenios y adquisiciones públicas abren una ventana de oportunidad para su sostenibilidad financiera.

A diferencia de las demás reformas que modifican leyes existentes, la iniciativa también contempla la expedición de una nueva Ley de Adquisiciones, Arrendamientos y Servicios del Sector Público. Esta norma tiene como objetivo modernizar el proceso de contratación estatal mediante la creación de una Plataforma Digital de Contrataciones, la cual sustituiría al tradicional sistema CompraNet. Este cambio, si bien abre oportunidades para la inclusión de cooperativas en nuevos procesos de contratación, también impone la necesidad de garantizar un marco normativo que asegure la transparencia, competitividad y condiciones equitativas para el sector social.

Asimismo, eliminar la necesidad de acudir a Notarios o Corredores Públicos para la constitución de una cooperativa puede facilitar la formalización de nuevas organizaciones, especialmente en comunidades rurales, indígenas o marginadas donde el acceso a servicios notariales es limitado o costoso. En esta aparente ventaja, lo único que habría que valorar y asegurar es que el INAES realmente tenga la capacidad y estructura suficiente para sustituir las funciones de los Notarios y Fedatarios, y que no se vayan a complicar los procesos en vez de simplificarlos.

Finalmente, la creación de un registro nacional centralizado permitiría contar con datos actualizados y completos sobre el universo cooperativo, algo que históricamente ha sido una gran deuda del Estado mexicano. Esta base de información puede mejorar el diseño de políticas públicas, la rendición de cuentas y la transparencia sectorial.

¿Qué se pone en riesgo?

El problema es que, aunque se reconocen ciertos derechos y posibilidades al sector, la forma en que se pretende operativizar esta modernización implica una lógica de control centralizado que amenaza la autonomía cooperativa. Al asignar al INAES la facultad de autorizar, registrar, validar actos corporativos, e incluso supervisar la vida jurídica de las cooperativas, se corre el riesgo de consolidar un modelo burocrático, ineficiente y politizado.

Para que el INAES desarrolle todas las funciones asignadas, se requeriría de una Plataforma tecnológica muy robusta, que difícilmente se podrá desarrollar en el corto plazo. Y la gran pregunta es: ¿Todo se hará de manera centralizada o se requerrirá además fortalecer y desarrollar oficinas regionales, estatales o locales del INAES?

La ausencia de un enfoque de participación, autogestión y control social desde el propio sector es preocupante. No se proponen mecanismos de cogestión, consejos consultivos u observatorios ciudadanos. Tampoco se reconoce la experiencia acumulada de un movimiento cooperativo con más de 70 años de historia organizada.

Otro aspecto crítico es el enfoque mercantilista implícito en la iniciativa. La apertura hacia contrataciones públicas, aunque positiva en principio, podría empujar a muchas cooperativas a adoptar lógicas empresariales convencionales, abandonando su identidad solidaria. Se pierde la oportunidad de proponer un modelo alternativo de contratación pública con criterios sociales, solidarios y participativos.

Análisis político-institucional.

El texto legal muestra una lógica tecnocrática de diseño institucional: concentración de funciones, control de registros, centralización de trámites. Todo esto sin una propuesta seria de fortalecimiento presupuestal, territorial o de capital humano del INAES. Se trata de una ampliación de atribuciones sin una correlación clara de capacidades institucionales.

Más grave aún, no se plantea una verdadera política pública integral de fomento al cooperativismo. No se menciona el papel de la educación cooperativa, la promoción cultural de la ESS, la investigación aplicada ni el fortalecimiento de redes territoriales. La visión del sector sigue siendo instrumental: útil en tanto que funcional a ciertas prioridades estatales, pero no como un proyecto económico y político con valor propio.

Conclusión inicial.

La iniciativa presenta elementos rescatables, como el reconocimiento formal de derechos económicos y la eliminación de barreras burocráticas. Sin embargo, también plantea riesgos estructurales que deben ser discutidos a fondo por el movimiento cooperativo y por los legisladores.

La pregunta central sigue abierta: ¿esta reforma busca realmente fortalecer al sector social de la economía, o más bien subordinarlo a la lógica del Estado y del mercado?

Invito a todos los organismos cooperativos, federaciones, confederaciones y consejos superiores, así como a legisladores responsables y funcionarios públicos comprometidos, a analizar con rigor esta iniciativa, y a participar activamente en el proceso legislativo. El momento es ahora.

Este es el Segundo de una serie de artículos. En los siguientes, profundizaremos en los temas clave que esta reforma plantea para el futuro del cooperativismo en México.

Te invito a leer toda la serie de reflexiones sobre esta importante iniciativa de reforma. Cada texto aborda un tema clave que debemos comprender como movimiento cooperativo:

  1. Introducción: Una iniciativa que nos llama a reflexionar
  2. ¿Modernización o riesgo de control?
  3. El INAES en el centro: ¿Fomento, control o ambas?
  4. Fin de los notarios, nacimiento del registro único
  5. Un registro nacional para todo el cooperativismo
  6. ¿Oportunidad o trampa? Contrataciones públicas y cooperativas
  7. Conclusión: Un llamado a la UNIDAD del movimiento cooperativo

Este es un momento único, y está en nuestras manos aprovecharlo con responsabilidad, unidad y participación activa. El futuro del cooperativismo no debe decidirse sin nuestra voz ni sin nuestra propuesta.

Leamos, debatamos, propongamos. Hagámoslo juntas y juntos, como movimiento.

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Una Iniciativa que nos llama a reflexionar

Una invitación a todo el Movimiento Cooperativo de México

En días recientes, el Ejecutivo federal presentó ante la Cámara de Diputados una iniciativa de reforma legal que propone modificaciones significativas a diversas normas que impactan de manera directa al sector cooperativo y a la economía social y solidaria en México.

La iniciativa presentada el 13 de marzo de 2025 propone modificaciones y adiciones a varias leyes existentes que impactan directamente al sector cooperativo en México. A continuación, se muestra un resumen de las leyes afectadas:

  1. Ley General de Sociedades Cooperativas (LGSC): Se plantean reformas en diversos artículos para incluir conceptos como organismos cooperativos, sistemas cooperativos y la redefinición del papel del Instituto Nacional de la Economía Social (INAES). Además, se establecen disposiciones sobre la constitución de sociedades cooperativas, enfatizando la no discriminación y la independencia de partidos políticos o asociaciones religiosas.
  2. Ley de Economía Social y Solidaria (LESS): La iniciativa busca reformar artículos específicos con el objetivo de definir e implementar un modelo de certificación para las sociedades cooperativas y otros organismos del sector social de la economía. Este modelo de certificación estaría a cargo del INAES, que podría coordinarse con entidades federativas, municipios y alcaldías para su implementación.
  3. Ley de Adquisiciones, Arrendamientos y Servicios del Sector Público: Se propone la expedición de una nueva ley que sustituya a la anterior, con el fin de crear la Plataforma Digital de Contrataciones Públicas, reemplazando al sistema CompraNet. Esta plataforma tiene como objetivo automatizar y brindar mayor transparencia a los procesos de contratación pública.
  4. Ley de Obras Públicas y Servicios Relacionados con las Mismas: Se plantean reformas para ajustar los esquemas de contratación pública, implementar nuevas estrategias de contratación y utilizar recursos tecnológicos que contribuyan a combatir la corrupción y generar valor para el Estado.
  1. Ley Federal de Austeridad Republicana: La iniciativa propone derogar y reformar disposiciones específicas de esta ley para alinearlas con los nuevos procedimientos de contratación pública y las estrategias de austeridad del gobierno.

Es importante destacar que, según la información disponible, la iniciativa se centra en modificar y actualizar leyes existentes en lugar de proponer la creación de nuevas leyes. Estas reformas buscan modernizar el marco legal relacionado con las cooperativas y la economía social en México, promoviendo una mayor transparencia, eficiencia y participación del sector social en las contrataciones públicas.

Una coyuntura legal de Alta trascendencia.

Estas propuestas, de aprobarse en sus términos actuales, transformarían el marco jurídico que rige al cooperativismo mexicano, y por tanto, a miles de organizaciones que forman parte del sector social de la economía: cooperativas, mutualidades, empresas sociales, asociaciones civiles productivas, entre otras.

En principio, pareciera que la iniciativa es muy sencilla y que va dirigida principalmente a las cooperativas que quieran ofrecer sus productos o servicios a las dependencias de gobierno, pero en realidad las modificaciones afectan a todo tipo de cooperativas, no solo a las de nueva creación, sino también a las que ya existen y están muy bien desarrolladas.

No todo lo que plantea la iniciativa es negativo, hay aspectos muy rescatables que podrían ser de beneficio para el cooperativismo y que se deben considerar, pero lo importante es que haya un análisis de fondo y que el Movimiento Cooperativo de México tenga la oportunidad de aportar ideas y propuestas, y que realmente sea escuchado.

Estamos ante una coyuntura de gran trascendencia, que debe ser atendida, analizada y comprendida con profundidad, no solo desde una óptica jurídica, sino también desde una perspectiva cooperativa, estratégica y política.

Por ello, he decidido generar y publicar una serie de artículos de análisis y reflexión, con el objetivo de aportar elementos para el debate informado y fomentar la participación activa de nuestro movimiento en el proceso legislativo.

¿A quiénes van dirigidos estos artículos?

  • A todos los Socios, Directivos y Trabajadores de Cooperativas.
  • A los líderes de las cooperativas de base, así como sus uniones, federaciones, confederaciones y consejo(s) superior(es)
  • A las y los legisladores federales (diputadas, diputados, senadoras y senadores)
  • A las dependencias del Poder Ejecutivo Federal y Estatales
  • Y en general, para toda persona interesada en el fortalecimiento de la democracia económica, la participación ciudadana y el desarrollo con justicia social.

¿Qué contendrá esta serie?

En total, incluyendo el presente artículo introductorio, serán siete artículos, redactados con lenguaje claro pero con sustento jurídico y político, que abordarán los temas clave de la iniciativa desde una óptica cooperativa:

¿Dónde se publicarán estas reflexiones?

Los artículos serán difundidos en los siguientes espacios:

Invitación a la lectura, el análisis y la acción

A lo largo de ya casi cuatro décadas he tenido la oportunidad y el privilegio de participar en diversas etapas del Movimiento Cooperativo Mexicano, y también en varios organismos del ámbito internacional, aunque ya no tengo una participación activa o de representación, ahora hago esta aportación desde la convicción de que la democracia no es solo un derecho, sino una responsabilidad compartida.

Por ello, te invito a leer, compartir, debatir y enriquecer esta serie de análisis y reflexiones. Solo si comprendemos a fondo los cambios propuestos y reflexionamos colectivamente sobre ellos, podremos definir cómo responder: con propuestas, con unidad, y con visión de largo plazo.

Este no es un llamado aislado, es una invitación al diálogo nacional cooperativo.

Porque las cooperativas no son un tema del pasado… Son parte clave del futuro económico, social y democrático de México.

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Evolución de la Búsqueda de Empleo en el Cooperativismo

La I.A. puede conectar la oferta y la demanda con un Asistente Inteligente.

Introducción

El cooperativismo ha sido, desde sus inicios, un pilar fundamental en la creación de comunidades más justas, solidarias y sostenibles. Sin embargo, encontrar empleo en este sector puede ser un desafío si no se cuenta con las herramientas adecuadas.

Aquí es donde entra en juego el Asistente Inteligente especializado en ofertas de empleo cooperativo. Con un enfoque único y adaptado a las necesidades del cooperativismo, este asistente está diseñado para conectar candidatos con oportunidades laborales en cooperativas, además de brindar orientación integral en gestión de recursos humanos.

En este artículo exploraremos cómo este Asistente Inteligente puede convertirse en tu mejor aliado en el ámbito laboral cooperativo.

 

¿Qué es un Asistente Inteligente especializado en ofertas de empleo cooperativo?

Este Asistente Inteligente es una herramienta tecnológica basada en inteligencia artificial diseñada exclusivamente para abordar las necesidades del sector cooperativo en el ámbito laboral.

A diferencia de otros asistentes genéricos, su conocimiento está profundamente arraigado en el cooperativismo, cubriendo desde normativas específicas hasta las mejores prácticas de gestión laboral en este entorno.

Funciones principales:

  • Identificar y presentar ofertas de empleo en cooperativas.
  • Brindar asesoría personalizada tanto a candidatos como a empleadores.
  • Adaptar las recomendaciones y orientación según normativas locales y regionales.
  • Facilitar procesos laborales éticos, eficientes y alineados con los principios cooperativos.

Cómo ayuda al usuario:

  • Proporciona información precisa y actualizada sobre vacantes disponibles en cooperativas.
  • Ofrece guías y plantillas para mejorar las aplicaciones laborales.
  • Ayuda a entender los derechos y deberes laborales en el contexto del cooperativismo.
Conectando talento con oportunidades: La oferta laboral cooperativa

Una de las funciones clave de este Asistente Inteligente es actuar como un puente entre quienes buscan empleo y las cooperativas que necesitan talento. Entender la dinámica de las ofertas laborales en este sector requiere una visión integral que este asistente proporciona de forma eficaz.

Servicios que ofrece:

  • Búsqueda de empleo: Acceso a una base de datos en constante actualización con ofertas laborales de cooperativas en diversas regiones y sectores.
  • Orientación personalizada: Recomendaciones específicas basadas en el perfil del candidato, su ubicación y sus intereses.
  • Filtros avanzados: Permite buscar empleos según categoría, nivel de experiencia y tipo de cooperativa: Ahorro y Crédito, cooperativas de producción, consumo, entre otras).
  • Valor añadido: Los usuarios no solo encuentran empleo; también reciben una introducción al espíritu cooperativo y a los beneficios de trabajar en un modelo que prioriza el bienestar colectivo.

 

Herramientas para candidatos: Preparación y postulación efectiva

Un buen perfil profesional es esencial para destacarse en el proceso de selección. Este Asistente Inteligente ayuda a los candidatos a construir su mejor versión profesional a través de herramientas prácticas.

Qué ofrece:

  • Plantillas de currículum y cartas de presentación: Diseñadas específicamente para destacar habilidades y valores alineados con el cooperativismo.
  • Guías para entrevistas: Instrucciones detalladas sobre cómo responder preguntas clave y presentar una actitud profesional en entrevistas laborales.
  • Asesoramiento personalizado: Responde preguntas sobre cómo estructurar un CV, destacar logros y desarrollar una narrativa convincente en las postulaciones.
  • Beneficios: Estas herramientas aumentan significativamente las posibilidades de éxito en la búsqueda de empleo, ayudando a los candidatos a destacar en un sector donde los valores son tan importantes como las habilidades.
Apoyo a cooperativas: Reclutamiento y selección de talento

El éxito de una cooperativa depende, en gran medida, de su capacidad para atraer y retener talento alineado con sus principios. Este Asistente Inteligente está diseñado para ser un recurso integral para los empleadores en el sector cooperativo.

Servicios para cooperativas:

  • Estrategias de reclutamiento: Ayuda a estructurar procesos efectivos para atraer candidatos calificados y comprometidos.
  • Publicación de vacantes: Asistencia en la creación de ofertas laborales atractivas y alineadas con los valores cooperativos.
  • Selección de personal: Recomendaciones sobre cómo evaluar habilidades técnicas y valores éticos en los candidatos.
  • Impacto: Al optimizar los procesos de contratación, este Asistente Inteligente ayuda a las cooperativas a encontrar talento que no solo cumpla con los requisitos técnicos, sino que también comparta su compromiso con el bienestar comunitario.
Un enfoque ético y normativo en la gestión laboral

El marco regulatorio y los principios éticos son pilares fundamentales del cooperativismo. Este Asistente Inteligente integra estas consideraciones en cada una de sus funciones.

Aspectos destacados:

  • Cumplimiento normativo: Brinda orientación sobre regulaciones laborales específicas de cada país o región, asegurando que las cooperativas cumplan con todas las leyes aplicables.
  • Derechos y deberes: Educa a empleadores y empleados sobre sus derechos laborales, fomentando relaciones laborales justas y respetuosas.
  • Rescisión de personal: Ofrece guías sobre cómo manejar desvinculaciones laborales de manera ética y legal.
  • Por qué importa: Un enfoque ético en la gestión laboral no solo mejora la reputación de una cooperativa, sino que también fortalece la confianza y la cohesión interna.
El futuro del empleo cooperativo con Inteligencia Artificial

La inteligencia artificial no solo facilita procesos; también transforma la forma en que entendemos y gestionamos el empleo en el cooperativismo.

Innovaciones clave:

  • Análisis de tendencias: Identifica sectores cooperativos en crecimiento y las habilidades más demandadas.
  • Capacitación digital: Recomienda cursos y plataformas de aprendizaje alineadas con los intereses y necesidades del usuario.
  • Automatización de procesos: Simplifica tareas administrativas, como la gestión de currículums y la programación de entrevistas.
  • Proyección: Este Asistente Inteligente está en constante evolución, adaptándose a los cambios del mercado laboral y las necesidades específicas de las cooperativas.
Conclusión: Tu aliado indispensable en el cooperativismo laboral

Este Asistente Inteligente no es solo una herramienta; es un recurso integral que empodera tanto a candidatos como a empleadores en el sector cooperativo.

Desde la búsqueda de empleo hasta la gestión ética de recursos humanos, su impacto va más allá de la tecnología, fomentando un mercado laboral cooperativo más justo, eficiente y alineado con los principios del cooperativismo.

Puedes acceder al Asistente Inteligente de Ofertas de Empleo Cooperativo en: https://chatgpt.com/g/g-673c301433ac8191b31cbbee2c3570fe-ofertas-de-empleo-cooperativo

Tenemos 100 Asistentes Inteligentes que hemos desarrollado y especializado en diversos temas del Cooperativismo, se pueden encontrar en el siguiente enlace: https://pinos-coop.xyz/asistentes-inteligentes-en-cooperativismo

Aprovechemos la nueva tecnología, el conocimiento y la información están a nuestro alcance, es nuestra responsabilidad si lo utilizamos o no.

 

Noviembre del 2024.

Ramón Imperial Zúñiga.

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Explorando El Observatorio Cooperativo

Una Herramienta Innovadora para Fortalecer el Cooperativismo.

Introducción.

El mundo cooperativo se enfrenta constantemente a desafíos y oportunidades en un entorno económico y social cambiante. Ante esta realidad, nace el Observatorio Cooperativo, una herramienta especializada basada en inteligencia artificial, diseñada para proporcionar análisis, datos y orientación a cooperativas, investigadores, y líderes en el sector. Este artículo detalla cómo el Observatorio Cooperativo puede convertirse en un aliado estratégico, destacando sus funciones, capacidades y beneficios.

Sección 1: Qué es el Observatorio Cooperativo y a quién está dirigido.

El Observatorio Cooperativo es un asistente inteligente especializado, cuyo objetivo principal es recopilar, analizar y difundir información clave sobre el sector cooperativo. Diseñado para ser accesible y útil para un amplio público, está dirigido a:

  • Miembros y administradores de cooperativas que buscan datos actualizados para la toma de decisiones estratégicas.
  • Investigadores y académicos interesados en explorar tendencias y analizar el impacto del cooperativismo.
  • Entidades gubernamentales y organismos reguladores que necesitan datos confiables para formular políticas públicas.
  • Periodistas y comunicadores que desean entender y divulgar las dinámicas del sector cooperativo.

El Observatorio se adapta a las necesidades de cada usuario, ya sea que busquen estadísticas simples o análisis avanzados sobre temas específicos.

Sección 2: Funciones principales del Observatorio Cooperativo
  1. Recopilación y procesamiento de datos. El Observatorio Cooperativo accede a bases de datos globales, regionales y locales para obtener información confiable y actualizada. Entre las fuentes destacadas se incluyen:
  • Informes de la Alianza Cooperativa Internacional (ACI).
  • Bases de datos estadísticas gubernamentales.
  • Estudios académicos y publicaciones especializadas.

Esta capacidad permite a los usuarios obtener datos sobre número de cooperativas, sectores de actividad, impacto económico y contribuciones sociales, adaptados a la región de interés.

  1. Análisis de tendencias. El Observatorio emplea herramientas analíticas avanzadas para identificar y proyectar tendencias en el cooperativismo. Estas tendencias incluyen:
  • Crecimiento y evolución de sectores cooperativos específicos.
  • Impacto de las cooperativas en el empleo y la inclusión social.
  • Innovaciones tecnológicas adoptadas por cooperativas.

El análisis predictivo permite anticipar desafíos y explorar oportunidades emergentes.

  1. Generación de informes personalizados. El Observatorio produce informes adaptados a las necesidades del usuario, abordando aspectos como:
  • Desempeño financiero de cooperativas.
  • Comparativas entre modelos cooperativos y otras formas empresariales.
  • Evaluación de sostenibilidad y gobernanza.

Estos informes son herramientas valiosas para respaldar decisiones estratégicas.

  1. Monitoreo de normativas y regulaciones. La herramienta rastrea cambios legales y normativos que afectan al sector cooperativo. Proporciona alertas sobre:
  • Nuevas leyes aplicables a cooperativas.
  • Requisitos regulatorios locales.
  • Políticas gubernamentales que promueven o afectan el cooperativismo.

Este monitoreo ayuda a las cooperativas a mantenerse en cumplimiento y a aprovechar incentivos.

Sección 3: Cómo el Observatorio Cooperativo apoya a las personas interesadas en el sector.

Facilitando el acceso a información confiable. La inteligencia artificial permite al Observatorio sintetizar grandes volúmenes de datos y presentarlos de manera clara y comprensible. Esto reduce la brecha de información que muchas cooperativas enfrentan al no contar con recursos para realizar investigaciones propias.

Fortaleciendo la toma de decisiones. A través de análisis detallados y visualizaciones gráficas, el Observatorio empodera a los líderes cooperativos con información estratégica que les permite:

  • Evaluar la viabilidad de proyectos nuevos.
  • Optimizar recursos y estrategias.
  • Responder rápidamente a cambios del entorno.

Promoviendo la innovación y sostenibilidad. El Observatorio identifica prácticas innovadoras y casos de éxito a nivel mundial, promoviendo su adopción en diferentes contextos. Además, evalúa el impacto ambiental y social de las cooperativas, orientando hacia modelos más sostenibles.

Sección 4: Ejemplos prácticos del uso del Observatorio Cooperativo

Caso 1: Una cooperativa agrícola busca expandirse. Con el apoyo del Observatorio, la cooperativa puede:

  • Identificar mercados emergentes para sus productos.
  • Analizar las tendencias de consumo local y global.
  • Evaluar la viabilidad económica de la expansión.

Caso 2: Un investigador explora el impacto social del cooperativismo. El Observatorio facilita acceso a datos específicos sobre empleo generado por cooperativas, inclusión de comunidades vulnerables y contribuciones al desarrollo local.

Caso 3: Una entidad gubernamental diseña políticas públicas. Mediante los análisis del Observatorio, el gobierno puede identificar sectores cooperativos que requieren incentivos y diseñar políticas basadas en evidencia sólida.

Sección 5: ¿Por qué confiar en el Observatorio Cooperativo?

Precisión y confiabilidad. El Observatorio utiliza fuentes de alta calidad y aplica metodologías analíticas rigurosas. Esto garantiza que la información sea precisa y relevante.

Adaptabilidad a contextos locales. La herramienta ajusta sus análisis a las normativas y realidades de cada país o región, asegurando relevancia para los usuarios.

Enfoque en el desarrollo cooperativo. Más allá de los datos, el Observatorio busca inspirar y fortalecer el movimiento cooperativo, promoviendo su impacto económico y social.

Conclusión

El Observatorio Cooperativo es más que una herramienta tecnológica; es un socio estratégico para quienes buscan potenciar el impacto del cooperativismo. Con su capacidad para ofrecer datos precisos, análisis avanzados y orientación personalizada, facilita el camino hacia un futuro más inclusivo y sostenible para las cooperativas.

Puedes acceder al Asistente Inteligente del Observatorio Cooperativo en: https://chatgpt.com/g/g-maM0xsXcD-observatorio-cooperativo

Todos los Asistentes Inteligentes que hemos desarrollado hasta ahora en diversos temas del Cooperativismo, se pueden encontrar en el siguiente enlace: https://pinos-coop.xyz/asistentes-inteligentes-en-cooperativismo

Esperamos toda esta información sea de utilidad a muchos cooperativistas y demás gente interesada.


Noviembre del 2024.

Ramón Imperial Zúñiga.

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Revolucionando el Cooperativismo

La Importancia de utilizar Asistentes Inteligentes Especializados para Impulsar el Movimiento Cooperativo Global.

Introducción.

El cooperativismo, con sus principios de ayuda mutua, democracia y equidad, ha sido un pilar fundamental en el desarrollo económico y social de numerosas comunidades alrededor del mundo. Sin embargo, en la era digital actual, es imperativo que este movimiento adopte herramientas tecnológicas avanzadas para mantenerse relevante y eficaz.

Una de las innovaciones más prometedoras en este ámbito es la implementación de Asistentes Inteligentes Especializados en diversos temas del cooperativismo. Estos modelos de Inteligencia Artificial (IA) tienen el potencial de asesorar técnicamente a individuos y organizaciones, proporcionando información, metodologías, herramientas y plataformas que faciliten el desarrollo consistente y ordenado del movimiento cooperativo en diferentes países.

1.- Comprendiendo los Asistentes Inteligentes y su Aplicación en el Cooperativismo.

Los Asistentes Inteligentes son modelos de lenguaje basados en IA que han sido entrenados con vastas cantidades de datos textuales, permitiéndoles generar respuestas coherentes y contextualmente relevantes a diversas consultas. Son una especie de Profesor o de Maestro Particular que tenemos a tiempo completo a nuestra disposición para que nos apoye con información y asesoría en relación al tema para el que se ha especializado.

En el contexto del cooperativismo, los Asistentes Inteligentes Especializados pueden ofrecer:

  • Asesoramiento Técnico: Proporcionan orientación sobre la formación y gestión de cooperativas, incluyendo aspectos legales, financieros y operativos.
  • Información Actualizada: Mantienen a los usuarios informados sobre las últimas tendencias, regulaciones y mejores prácticas en el ámbito cooperativo.
  • Metodologías y Herramientas: Ofrecen acceso a metodologías probadas y herramientas prácticas para mejorar la eficiencia y eficacia de las cooperativas.
2.- Beneficios de Utilizar Asistentes Inteligentes Especializados en el Cooperativismo.

La integración de Asistentes Inteligentes en el Cooperativismo ofrece múltiples ventajas, entre las que Podemos mencionar las siguientes:

  • Accesibilidad Inmediata: Los usuarios pueden obtener información y asesoramiento en tiempo real, sin necesidad de esperar por consultorías tradicionales.
  • Personalización de Contenido: Los Asistentes Inteligentes pueden adaptarse a las necesidades específicas de cada cooperativa, ofreciendo soluciones a medida.
  • Reducción de Costos: Al automatizar procesos de asesoramiento y formación, se disminuyen los gastos asociados a consultorías y capacitaciones presenciales.
  • Fomento de la Innovación: La adopción de IA impulsa a las cooperativas a modernizarse y a mantenerse competitivas en un entorno globalizado.
 3.- Superando el Temor a la Inteligencia Artificial en el Ámbito Cooperativo.

Es natural que la introducción de nuevas tecnologías genere incertidumbre. Sin embargo, es crucial entender que la IA, y en particular los Asistentes Inteligentes, están diseñados para complementar y potenciar el trabajo humano, no para reemplazarlo. Algunas estrategias para mitigar estos temores incluyen:

  • Educación y Sensibilización: Organizar talleres y seminarios que expliquen el funcionamiento y los beneficios de los Asistentes Inteligentes en el cooperativismo.
  • Demostraciones Prácticas: Mostrar casos de éxito donde la IA ha mejorado procesos dentro de cooperativas.
  • Participación Activa: Involucrar a los miembros de las cooperativas en el desarrollo y adaptación de los Asistentes Inteligentes, asegurando que la tecnología responda a sus necesidades reales.
 4.- Aplicaciones Prácticas de Asistentes Inteligentes en Diferentes Áreas del Cooperativismo.

Los Asistentes Inteligentes Especializados pueden ser de gran utilidad en diversas áreas del cooperativismo:

  • Formación y Capacitación: Desarrollo de programas educativos personalizados que aborden desde los fundamentos del cooperativismo hasta habilidades avanzadas de gestión.
  • Gestión Financiera: Asesoramiento en la elaboración de presupuestos, análisis financiero y estrategias de sostenibilidad económica.
  • Marketing y Comunicación: Creación de estrategias de marketing digital, gestión de redes sociales y comunicación efectiva con los miembros y la comunidad.
  • Innovación y Desarrollo: Identificación de oportunidades de innovación, desarrollo de nuevos productos o servicios y adaptación a las tendencias del mercado.
5.- Casos de Éxito: Asistentes Inteligentes Impulsando el Cooperativismo en Diversos Países.

La implementación de Asistentes Inteligentes en el cooperativismo ya ha mostrado resultados positivos en diferentes regiones:

  • España: Cooperativas agroalimentarias han adoptado Asistentes Inteligentes para optimizar procesos de producción y distribución, mejorando la eficiencia y reduciendo costos.
  • Colombia: Cooperativas de café utilizan Asistentes Inteligentes para analizar datos de mercado y ajustar sus estrategias de exportación, aumentando su competitividad internacional.
  • Kenia: Aplicaciones basadas en Asistentes Inteligentes han permitido a agricultores acceder a información sobre precios de mercado en tiempo real, empoderándolos en sus negociaciones comerciales.
6.- Futuro del Cooperativismo: Integración de Asistentes Inteligentes Transformación Digital.

La digitalización es un camino inevitable para el cooperativismo moderno. La integración de Asistentes Inteligentes no solo facilita la adaptación a este nuevo entorno, sino que también abre puertas a oportunidades antes inexploradas:

  • Expansión Global: Las cooperativas pueden conectar con socios y mercados internacionales de manera más efectiva.
  • Transparencia y Gobernanza: La IA puede ayudar a mejorar la transparencia en la gestión y a fortalecer la confianza entre los miembros.
  • Sostenibilidad: Optimizar procesos y recursos, contribuyendo a prácticas más sostenibles y responsables con el medio ambiente.
Conclusión.

La adopción de Asistentes Inteligentes Especializados en el ámbito del cooperativismo representa una oportunidad sin precedentes para fortalecer y revitalizar este movimiento a nivel global. Al proporcionar asesoramiento técnico, información actualizada y herramientas prácticas, estos modelos de IA pueden impulsar el desarrollo consistente y ordenado de las cooperativas en diversos países.

Es esencial que los miembros y líderes cooperativos superen el temor a la inteligencia artificial, reconociendo su potencial para complementar y mejorar sus esfuerzos. Al abrazar la transformación digital y las innovaciones tecnológicas, el cooperativismo puede asegurar su relevancia y éxito en el siglo XXI.

En la Cooperativa PINOS: Promotora e Incubadora de Organizaciones Solidarias, nos hemos decidido a subirnos al barco de la Inteligencia Artificial, y si esto significa revolucionar el cooperativismo, estamos dispuestos a hacerlo, aunque posiblemente nos genere algunas críticas.

Este es el primer artículo que publicamos relacionado con la Inteligencia Artificial, pero iremos publicando varios más a partir de los próximos días, para dar a conocer a algunos de los 100 Asistentes Inteligentes que hemos desarrollado y que ya están disponibles, para ponerlos al servicio de toda la gente interesada.

Todos los Asistentes Inteligentes que hemos desarrollado hasta ahora en diversos temas del Cooperativismo, se pueden encontrar en el siguiente enlace: https://pinos-coop.xyz/asistentes-inteligentes-en-cooperativismo

Esperamos que mucha gente, muchos lideres, se sumen a este esfuerzo de utilizar la tecnología y la Inteligencia Artificial que tenemos disponible, hay mucha información y conocimiento, hay que difundirlos, pero lo más importante será llevar a la práctica toda esta información, para que realmente revitalicemos el Movimiento Cooperativo Mundial.

Noviembre del 2024.

Ramón Imperial Zúñiga.

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Origen y Fundamentos de la Cooperativa PINOS

En las diferentes páginas y secciones dentro del sitio web de la cooperativa PINOS, las personas interesadas podrán encontrar suficiente información para entender lo que se pretende lograr con dicha organización.

Posiblemente este sea uno de los primeros artículos que se publiquen en la hemeroteca de la cooperativa, y aunque más adelante estaré abordando varios temas que considero podrían ser de interés y utilidad para socios, directivos o colaboradores de diversos organismos, por ahora creo conveniente dejar por escrito cuáles han sido las motivaciones y las principales razones que han dado origen a esta cooperativa.

Antecedentes.

Durante varios años, algunas personas hemos tenido la oportunidad de participar en diversos organismos cooperativos, varios ya hemos cerrado nuestro ciclo laboral, pero, aunque nos hemos retirado del trabajo activo, no nos hemos desvinculado totalmente del cooperativismo y últimamente algunos dedicamos parte de nuestro tiempo en dar asesorías y capacitaciones a diferentes organizaciones.

Desde mediados del año 2022 entre algunos amigos que mantuvimos cierta comunicación, surgió la idea de unirnos formalmente para crear una cooperativa de servicios profesionales, pero por diferentes razones y principalmente por las ocupaciones que cada uno hemos traído en lo individual, no la habíamos concretado.

Así se nos fueron pasando cerca de doce meses, pero en las últimas semanas tomamos la decisión de forzarnos a dar los pasos necesarios y definitivos para crear la cooperativa, aunque no tuviéramos las condiciones óptimas, aunque la tengamos que ir perfeccionando poco a poco.

La mayoría de quienes decidimos crear la cooperativa tenemos una amplia trayectoria y experiencia dentro del cooperativismo y la economía social y solidaria, ya tuvimos nuestro espacio de crecimiento y desarrollo profesional, ya dimos lo que teníamos que dar y en los últimos años hemos mantenido un discreto perfil, por lo que es importante comentar que ahora con la cooperativa no pretendemos regresar a ser protagonistas o a ocupar cargos en ninguna de las cooperativas y organismos existentes, o en general en el movimiento cooperativo de México o de otros países.

Naturaleza y nombre de la cooperativa.

Tuvimos la oportunidad de crear un despacho o cualquier otro tipo de empresa privada, pero queremos ser congruentes y fieles a lo que aprendimos y vivimos durante muchos años: hemos decidido poner en práctica el modelo cooperativo.

En base al marco legal cooperativo, vigente en México, la alternativa más adecuada es que conformemos una Sociedad Cooperativa de Servicios Profesionales, con la modalidad de una Institución de Asistencia Técnica, IAT, cuya función principal es apoyar e impulsar al movimiento cooperativo.

Hemos decidido llamar PINOS a nuestra cooperativa, porque los pinos son el símbolo internacional más utilizado para representar al cooperativismo, pero además porque las letras de la palabra PINOS nos permiten transmitir la esencia de lo que queremos ser: Promotora e Incubadora de Organizaciones Solidarias.

Mercado objetivo.

No pretendemos competir con nadie, sabemos que hay diferentes organismos como Uniones, Federaciones, Confederaciones y Consejos, que cumplen una función importante en la integración y representación de las cooperativas, algunos organismos cuentan con personal y estructuras suficientes para apoyar y atender adecuadamente a sus cooperativas afiliadas, y algunos otros simplemente son de representación.

Sabemos también que hay muchísimas cooperativas que funcionan de manera independiente, aisladas, que no cuentan con ningún apoyo. Igualmente hay personas interesadas en crear un negocio o empresa con el modelo cooperativo, pero no saben con quién dirigirse, no saben dónde solicitar apoyo.

En los últimos años, lamentablemente se han quitado muchos recursos y apoyos de parte del gobierno, algunas áreas e instancias que antes apoyaban el desarrollo de cooperativas y entidades solidarias, ahora tienen un presupuesto muy limitado y aunque tratan de aprovecharlo al máximo, la verdad no es suficiente para que puedan apoyar adecuadamente a las cooperativas y entidades de la economía social.

La cooperativa PINOS espera ser una alternativa de solución para quienes requieran apoyo para crear o para desarrollar cooperativas, de todos tipos y de sectores.

Esperamos contar con la aceptación de los actuales organismos cooperativos y de las diversas autoridades, venimos a ayudar y a colaborar, no a competir ni a perjudicar a nadie.

Objetivos Principales:

Con la cooperativa PINOS principalmente queremos generar espacios y mecanismos para poder aportar los conocimientos y experiencia que adquirimos durante varios años

Estamos convencidos que el trabajo individual, aunque sea efectivo, no trasciende en el tiempo ni es igual de productivo que si se hace en equipo, es mejor institucionalizarlo, que no se vea a personas aisladas sino a una organización, es por ellos que estamos dispuestos a trabajar por medio de la cooperativa, para que se gane y fortalezca el trabajo en equipo, complementándonos unos a otros.

Orientación económica y social.

Lo económico no es lo principal que nos mueve, pero si queremos que la cooperativa sea un negocio exitoso y sostenible, con buenos resultados financieros, que genere los ingresos suficientes para cubrir sus gastos y que haya excedentes adecuados para que se generen beneficios moderados para todos los socios.

Queremos compartir nuestras ideas, conocimientos y experiencias; pretendemos ayudar de manera genuina a quienes tengan interés en crear y desarrollar cooperativas, de diferentes tipos, así como también apoyar a otros organismos solidarios que lo requieran.

Carencia de escritores e ideólogos cooperativos.

En México ha habido principalmente dos personas que escribieron varios libros sobre el cooperativismo, pero ambos ya murieron: Don Rosendo Rojas Coria, quien escribió sobre diversos temas cooperativos, al morir su familia donó toda su colección de libros a la Universidad de Chapingo, y Don Florencio Eguía Villaseñor, quién escribió principalmente en relación con las Cajas Populares o Cooperativas de Ahorro y Préstamo, al morir, quién se encarga de preservar y difundir su obra literaria es Caja Popular Mexicana.

En general, consideramos que hay un gran vacío, falta mucha información y literatura de tipo cooperativo y solidario. No contamos actualmente en México con  grandes ideólogos ni escritores sobre el cooperativismo, hay personas que han hecho algunos intentos de escribir sobre algunos temas cooperativos, pero han sido esfuerzos aislados y no han proliferado, varias personas tienen cualidades, pero no hay quien les apoye, les respalde o les motive para que escriban.

Varias cooperativas y organizaciones tienen sus propios sitios web y plataformas, pero normalmente sólo dan a conocer información de su propia organización, para promover y mercadear sus propios productos y servicios, no es para difundir el cooperativismo. Faltan plataformas donde verdaderamente se difunda y promueva el cooperativismo y la economía social y solidaria.

No queremos ser arrogantes, de ninguna manera pretendemos convertirnos en grandes escritores del cooperativismo, ni sustituir a los grandes ideólogos, pero si consideramos que, con solidaridad y cooperación, con las pequeñas aportaciones de varias personas, se pueden cubrir algunos de los huecos o vacíos que han ido quedando y lograr buenos resultados.

En general, hace falta información y literatura no solamente sobre temas doctrinarios y filosóficos de tipo cooperativo y solidario, sino también sobre temas técnicos, empresariales y de productividad, para que se logre y mantenga un desarrollo equilibrado en todas las cooperativas.

Socios de la Cooperativa.

Un grupo inicial de seis personas, con diferentes especialidades y experiencias, somos los que hemos decidido fundar la cooperativa PINOS, tenemos clara nuestra función y rol como socios y dueños de la empresa y por lo tanto, que seremos los responsables de su buen funcionamiento. Se requerirá que todos tengamos pleno involucramiento, compromiso y participación, de acuerdo con nuestras condiciones y circunstancias personales.

Aliados de la Cooperativa.

Para complementarnos en la cooperativa, hemos decidido invitar a varias personas más, de México y de otros países, que también tienen amplio conocimiento y experiencia respecto al cooperativismo y la economía social y solidaria, quienes nos apoyarán sin ser socios, y les llamaremos ALIADOS.

La función principal de nuestros aliados es aportar de manera periódica, ideas, conocimientos y experiencias, mediante pequeños escritos que se estarán publicando en la hemeroteca de la cooperativa.

Eventualmente, de acuerdo con las necesidades de la cooperativa y a las condiciones y circunstancias de los aliados, algunos de ellos podrán ser llamados a colaborar en algunos proyectos que tenga que atender la cooperativa.

En el futuro, en función a la evolución y desarrollo que tenga la cooperativa, algunos de los aliados podrían ingresar como socios en base a la conveniencia mutua, tanto de la cooperativa como de ellos.

El grupo inicial de aliados es de cerca de una docena de personas, en la medida en que avance y evolucione favorablemente la cooperativa, podría el grupo irse ampliando poco a poco y de manera gradual y selectiva, con la anuencia de los socios y demás aliados.

Hemeroteca Cooperativa.

En general todos los socios y aliados desde hace tiempo hemos tenido la intención de escribir algo sobre nuestra experiencia y las vivencias que hemos tenido en el ámbito cooperativo, pero por las diversas ocupaciones y sobre todo porque no hay plataformas adecuadas para la difusión de este tipo de contenidos, siempre se ha quedado sólo en buenas intenciones.

Por medio de la cooperativa PINOS, consideramos que lo mejor es no complicarnos pretendiendo escribir LIBROS, sino que entre todos los socios y aliados vayamos escribiendo pequeños artículos, vivencias, historias, anécdotas, análisis y opiniones sobre diversos temas, para que todo eso se vaya publicando de manera periódica, de forma sencilla, sin complicarnos la vida.

Es posible que con todo el material que se vaya formando, de cada autor, en algún momento se pueda integrar, compilar y perfeccionar, para formar uno o varios libros, eso lo veremos en el futuro, por ahora simplemente nuestra tarea es escribir y dejar plasmada nuestra experiencia, conocimientos y opiniones sobre diversos temas, lo que al mismo tiempo ayudará a generar análisis, debate y discusión.

Nuestro compromiso es publicar de manera periódica y sistemática diversos artículos, con formato sencillo y cortos de duración, para facilitar su lectura, se abarcarán diversos temas de manera plural, tanto de tipo doctrinario como técnico.

Para facilitar su localización en la hemeroteca de la cooperativa PINOS, todas las publicaciones estarán clasificadas por autor, socios o aliados, e igualmente en base a categorías de acuerdo al tipo de cooperativas o el tema a tratar.

Videoteca Cooperativa.

Además de la información escrita, también queremos que la plataforma sirva para integrar y coleccionar diversos videos de tipo cooperativo y solidario, que ahora están dispersos en el ciberespacio y el mundo del internet.

Estaremos desarrollando varios videos propios de la cooperativa y de sus integrantes, pero también estaremos sirviendo de enlace para otros videos que hay en otras plataformas, de tal manera que, en un solo lugar, en la plataforma de PINOS, cualquier persona pueda encontrar los videos que sean de su interés.

Plataforma Tecnológica Cooperativa.

Desde hace varios meses se le ha dedicado mucho tiempo y esfuerzo para preparar y desarrollar el sitio web de la cooperativa PINOS, que pretende ser una plataforma en la que, además de dar a conocer la información propia de la cooperativa PINOS, también se den a conocer diferentes publicaciones y videos que ayuden a promover y difundir lo que es el cooperativismo, así como la economía social y solidaria.

Más que una cooperativa, se está creando una plataforma tecnológica de tipo cooperativo, un sitio web que pueda almacenar mucha información que en un futuro le pueda ser de utilidad a todas las personas que quieran conocer y consultar sobre el cooperativismo y la economía social y solidaria.

Tenemos mucha confianza en que la cooperativa tenga aceptación y que realmente sea de utilidad para muchas personas y organizaciones. A todos los integrantes de la cooperativa todavía nos quedan varios años de vida activa y si Dios no lo permite seguiremos colaborando en todo lo que podamos, pero indudablemente que algún día dejaremos de participar en ella, tal vez todavía no sea el momento pero prefiero dejar desde ahora las siguientes preguntas para quienes lean, ahora y en el futuro, esta publicación…

¿Vendrán otras personas que le darán continuidad a este esfuerzo? ¿Alguien le dará seguimiento a la plataforma, al mantenimiento y conservación de la información que aquí se genere?   No lo sabemos, por ahora nosotros haremos lo que nos corresponde, ya más adelante Dios proveerá.


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