Analogía consecuencial entre el Quinto y Sexto Principios Cooperativos

La práctica del sexto principio “Cooperación entre cooperativas” es una consecuencia positiva natural de la anteposición práctica del quinto principio “educación”. La mezcla equilibrada de ambos postulados sugiere que personas fuertemente vinculadas por medio de la convicción colectiva y solidaria, apoyen y fortalezcan la participación voluntaria de su organización en modelos integracionistas, creados por las propias organizaciones para su representación sectorial y múltiples beneficios que dan fortaleza empresarial y las alianzas estratégicas sectoriales, aspectos que facilitan el desarrollo integral de las cooperativas, la generación de iniciativas tendientes al empoderamiento del modelo cooperativo y facilitar las relaciones y políticas publicas dirigidas a los gobiernos y la comunidad.

No ser parte activa de la práctica de los principios y valores cooperativos, genera ausencia de cooperación bilateral o individualismo entre las organizaciones que en apariencia conforman un movimiento. Si aplicáramos una encuesta a los cooperativistas preguntando ¿Las cooperativas deben cooperar y colaborar entre sí?, la respuesta sería seguramente un rotundo SI, pocos serían los escépticos que lo dudarían, algunos otros argumentarían un “depende de los beneficios que consiga” situación que no es en apariencia grave, pero si es una sugestiva reacción de autodefensa de su individualidad. El problema radica en lo que hacemos contrario a lo que pensamos o manifestamos.

Los cooperativistas necesitamos hacer un alto, reflexionar como imaginamos a nuestras cooperativas en 5, 10 y 20 años, si hoy estamos sembrando cimientos que fortalecen la unión o la plena individualidad, si estamos suavizando la posible envidia sectorial e incluso la rivalidad entre las mismas organizaciones cooperativas, así mismo reflexionar sobre el modelo cooperativo en cuestión de competitividad, rentabilidad, rumbo que hoy estamos dando a la educación a socios, consejeros, empleados, a la niñez y la juventud, así como imaginar como las tecnologías de la información y la comunicación podrán impactar positivamente en nuestras organizaciones.

Uno de los ejes que pueden transformar desde la raíz lo que hasta hoy venimos realizando es precisamente la convicción de la gente por medio de la educación. Es sorprendente que en los países de nuestro continente se han desarrollado distintos proyectos tendientes al fortalecimiento del capital humano, algunos lo hacen como una obligación legal, otros por convencimiento propio y algunos más por conservar una buena tradición, sin embargo, tales esfuerzos aislados y sin una sincronía generan resultados parciales, con poco sentido y falta de contundencia. La vinculación de tantos buenos proyectos y programas serían material para elaborar toda una carrera universitaria formal de la práctica cooperativa.

¿Qué podemos hacer para vincular los esfuerzos aislados en materia educativa?

Debemos reconocer a personas y organizaciones que hacen de la educación una herramienta de gestión y fortaleza institucional para el beneficio y empoderamiento de los cooperativistas al interior de su propia organización, vale la pena comentar que un servidor y el Dr. Alberto Mora Portuguez de Costa Rica, hemos venido realizando durante varios años diversos estudios y proyectos para la conformación de un modelo educativo cooperativo basado en la idiosincrasia y costumbres de los cooperativistas, dicho proyecto trasformador poco a poco llegará a consolidarse como un legado a nuestros jóvenes, la nueva generación que debe revitalizar, libres de vicios heredados el destino del movimiento cooperativo. Sin embargo, el camino no es tan fácil, habrá que vencer obstáculos creados por las conveniencias de algunos actores que hacen de su gestión una isleta de poder para su propio beneficio.

Es importante que podamos unificar conceptos que a simple vista creemos que son idénticos, por ejemplo:  

  • ¿Qué es la educación cooperativa?
  • ¿Qué cambios buscamos en los sujetos de la educación?
  • ¿Cómo medir el impacto y cambio en los sujetos de la educación?

¿Qué es la educación cooperativa?

Es un proceso formativo permanente, dirigido a las personas que conforman con su esfuerzo y trabajo una cooperativa, incluyendo a la comunidad en general, jóvenes y creadores de opinión, quienes generan impacto en la sociedad sobre el quehacer cooperativo. Lo anterior arrojará como resultado el desarrollo sustentable de las personas (sujetos de la educación) y por ende del colectivo o empresa cooperativa, la que debe distinguirse como una organización de ejemplar gestión administrativa, rentable y acertadamente gobernada por los asociados. 

Mientras no tengamos claro el concepto de la educación cooperativa, incurriremos en errores y desviaciones que carecen del factor “formativo” por ejemplo: si una cooperativa patrocina un evento deportivo o un concierto musical, me surgen los siguientes cuestionamientos:

  1. ¿Esta es una acción de mercadeo o de educación?
  2. ¿De que manera se asegura la “formación de las personas” que asisten o participan en eventos de éste tipo?
  3. ¿Estas actividades generan identidad a favor de la cooperativa?

 ¿Qué cambios buscamos en los sujetos de la educación?

Esta pregunta nos lleva a reflexionar si en realidad sabemos “Que transformación idealizamos en las personas” si no sabemos la respuesta, también se está deformando el fin nato de la educación. Por ejemplo, si en una cooperativa se convoca un taller para aprender a elaborar productos lácteos, estamos sembrando o fortaleciendo una habilidad que podrá ser de utilidad parcial para los asistentes que lo pongan en práctica, ya sea para el auto consumo o para crear un negocio productivo. Para que esta actividad resulte transformadora y educativa, requiere además del taller, el acompañamiento de un programa bien definido de educación financiera cooperativa, que enseñe a los emprendedores a distinguir las formas en las que la propia Cooperativa puede impulsar su propuesta de negocio productivo, un emprendimiento que les lleve a trasforme su modo de vivir mediante ingresos más justos. Ahora, me surgen los siguientes cuestionamientos:

  1. Los asistentes, ya sean asociados o personas de la comunidad ¿Serán capaces de emprender un negocio sin asesoría financiera y con tan solo saber elaborar productos?
  1. ¿Incrementará su identidad con su cooperativa por facilitarles un curso o taller?
  1. ¿Qué beneficio o resultado tangible tuvo la cooperativa con esta actividad?
  1. ¿No será que la intención es tan solo justificar actividades para la utilización del fondo de educación cooperativa?

¿Cómo medir el impacto y cambio en los sujetos de la educación?

Las cooperativas mas allá de cumplir con planes de trabajo, lo que se convierte en acciones cuantitativas (lo que se invierte o deja de invertir) deben medir el impacto y el cambio que generan las acciones que a nombre de la cooperativa y de la educación se llevan a cabo, la evaluación mantener un enfoque cualitativo, no solo cuantitativo, he visto informes que solo mencionan:

  • Asistieron 836 mujeres a las clases de tejido con gancho.
  • Asistieron 900 niños al festejo de su día.
  • Asistieron más de 200 familias a festejar el día del padre.
  • Acudieron 100 socios al taller de información sobre el préstamo.

La medición cualitativa puede darse por medio de la aplicación de un “Balance Social Cooperativo” el cual deberá estar diseñado y enfocado para que desde el planteamiento de las acciones inicie su labor valorativa, para que a la postre arroje resultados cualitativos y no se limite también a los resultados cuantitativos, de lo contrario, todo lo seguiremos solo midiendo con números.

Una cooperativa que impacta a los sujetos de la educación es aquella que:

  • Empleados, gerentes y directores trabajan con ética y son promotores de la cooperativa y del modelo como tal, reconocen que laborar en una cooperativa es más dignificante que hacerlo en otras empresas por ejemplo en un auto servicio.
  • Los directivos actúan comprometidos moralmente ante quienes les eligieron, y cualquier actividad que realicen dentro de sus facultades, lleva tal finalidad, venciendo en todo momento las aristas que les lleven a desvirtuar su función.
  • Los asociados han encontrado en la cooperativa el complemento de su esfuerzo propio, valoran a su cooperativa como una institución con vocación formativa más que como simple proveedora de financiamientos, tienen amor por su colectivo y se comprometen a participar en su tejido social y de gobierno.
  • Por último, una cooperativa con alta presencia de la educación es aquella que denota solidez, buen gobierno, rentabilidad y ejemplo para toda la comunidad empresarial.

Un buen proyecto educativo es aquel que tiene detectadas las áreas de oportunidad y las prioridades de la cooperativa, imaginemos si ésta forma de trabajo la hacemos propia y más tarde se conforman proyectos sectoriales con participación entre varias cooperativas.
 

¿Cómo podemos aprovechar las experiencias de otras cooperativas?

Lo anterior podemos conseguirlo si superamos los cásicos tabúes que nos impiden un verdadero desarrollo y un desinteresado compartir cooperativo, esto es cuestión de educación. Los tabúes son:

  • Falta de humildad de quienes se apropian de las organizaciones.

Para gestionar con sencillez se requiere de personas poseedoras de valores natos, de sensibilidad cooperativa, y de verdadera renuncia a la búsqueda de beneficios propios, se puede ser sencillo y amable, aunque se represente a una organización que maneja miles de dólares, cientos de empleados y millones de activos. Bien dice la voz del pueblo, que cuando se actúa con honestidad y ética, el efecto regresa a las personas y la organización exponencialmente multiplicado, por el contrario, si se actúa con trampas, deshonestidad y en perjuicio de la gente, el negocio en el tiempo empieza a mermar…La sencillez debe ponerse como ejemplo a seguir derivado del actuar cotidiano de dirigentes y administradores. Si la Cooperativa es dirigida por personas sencillas y con temple inamovible orientado al bienestar común, el compartir cooperativo solo será una consecuencia, nadie puede compartir lo que no tiene, la humildad de gestión también incluye el reconocimiento de los logros de otros, pareciera sencillo asimilar las aseveraciones, pero en la práctica es complejo debido al distorsionado concepto del institucionalismo.

  • Ausencia de un estado de derecho interno.

La cooperación entre cooperativas hace práctica cuando las personas, dirigentes y funcionarios administradores, aceptan y cumplen a cabalidad sus compromisos, superando la buena intención, estableciendo un estado de derecho interno instaurando modelos de gobierno corporativo – cooperativo, donde no solo se elaboran reglas intencionales para los órganos de gobierno, se hacen pensando en los socios quienes también poseen sus espacios de participación política interna, como las asambleas o comisiones, estableciendo mecanismos de control interno que blindan la operación y por último unidades de análisis de riesgos que visualizan los escenarios ideales para el bienestar de la organización. Todos debemos renunciar a la apatía que solo genera el empoderamiento de unos pocos en quienes depositamos el destino actual y futuro de nuestra organización cooperativa. 

  • Sometimiento a los problemas ordinarios.

Sacrificamos la inversión en el futuro inmediato, éste síntoma desafortunadamente se vuelve cada vez más común en las cooperativas, es muy clara que una gestión administrativa debe priorizar necesidades, sin embargo, las empresas exitosas son aquellas administradas por objetivos, no dejan de lado la visión de futuro, afrontan sus debilidades presentes y a la par van sembrando lo que cosecharán en el futuro.

¿Qué debilidades tiene hoy en día tu cooperativa?

¿Qué medidas se están tomando?

¿Qué actividades estás desarrollando hoy con vistas al logro de mejores resultados en el futuro deseable?

  • Problemas de comunicación orgánica.

A simple apariencia todos podemos asumir compromisos relacionados a los actos cooperativos, sin embargo, la realidad dista de ello, cuando no es nuestra voluntad asumir compromisos decimos “Andrés o Clara asistirá en mi representación, pero no tienen ninguna facultad de decisión y compromiso” la reflexión es ¿entonces a que van? ¿Una sola persona puede y debe hablar y decidir el destino de miles?

Los cooperativistas debemos fortalecer nuestros sistemas de control interno en donde se especifique las jerarquías y responsabilidades, no solo orgánicas sino también de facultativas, el no hacerlo provoca dejar pasar oportunidades de negocio.

  • Transparencia en el manejo de partidas presupuestales.

Las cooperativas debemos practicar un estilo de administración apegado a valores, tales como la honestidad y transparencia. Hablar de valores éticos nunca ha sido fácil, porque los valores no aceptan destrezas intermedias, o “se es transparente o no se es” Las Cooperativas deben invertir sus partidas de educación cooperativa en un programa de educación, no es sano destinarlo para cubrir otro tipo de egresos operativos a nombre de actos educativos.

Para concluir…

  • ¿Quiénes llevan el destino y riendas de la cooperativa son cooperativistas?
  • ¿Son cooperativistas de convicción o de conveniencia?

Las cooperativas debemos aprovechar las coyunturas y debilidades del mercado, debemos establecer planes estratégicos al corto, mediano y largo plazo donde se enumeren ejes estratégicos que nos darán éxito empresarial y sostenimiento de nuestros mercados, tales como lo relacionado con herramientas de gestión orientadas a la trasparencia y honestidad, impacto de los aportes a la sociedad, recomposición de las estructuras jerárquicas piramidales, programas de afianzamiento de la identidad “educación cooperativa”, programas de difusión de la educación financiera cooperativa  y desde luego lo conducente a la adopción de las tecnologías de la información y comunicación.

Hagamos pues un alto, reflexionemos las oportunidades que nos revelan nuestras propias carencias, construyamos modelos integrales de desarrollo y hagamos de nuestra cooperativa la empresa que no solo se le festejen los históricos años cumplidos, visualicémosla en un futuro, dándole la oportunidad de perdurar muchos años más en el mercado que ya es muy distante y diferente que el escenario histórico de cuando se le fundó.



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