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Promotora e Incubadora de Organizaciones Solidarias

¿Y si las cooperativas no fueran “alternativas”, sino el modelo base?

Una reflexión, análisis y pensamiento crítico de Ramón Imperial Zúñiga

🌱 Entrada.

Durante siglos nos han hecho creer que las cooperativas son una opción secundaria, una especie de “plan B” del sistema económico. Pero, ¿y si el orden fuera el contrario? ¿Qué pasaría si el modelo económico dominante en el mundo fuera el cooperativo, y el capitalismo un experimento marginal? Esta pregunta, más que una utopía, es una invitación a reflexionar profundamente sobre lo que consideramos “normal” y “posible”.

🔍 ¿Quién definió lo que es “normal” en economía?

La historia económica que aprendimos está escrita desde una narrativa dominante: la del capital privado, la competencia individual, la acumulación y la maximización del beneficio. Lo “natural”, se nos dice, es el mercado libre, el éxito personal y la competencia. Las cooperativas, mutuales y otras formas solidarias han sido reducidas a notas al pie, como si fueran fenómenos simpáticos pero anecdóticos.

Sin embargo, desde comunidades indígenas que practican la reciprocidad hasta redes de solidaridad urbana que nacen en cada crisis, existen formas económicas centradas en la colaboración, el cuidado mutuo y la propiedad colectiva. ¿Y si esas formas no fueran excepciones sino el centro?

🧭 Imaginando un mundo basado en cooperativas

¿Qué pasaría si las cooperativas fueran la regla, no la excepción?

  • Las escuelas enseñarían cooperación desde la infancia, formando ciudadanos que entienden el valor de la comunidad, el trabajo colectivo y la justicia económica.
  • Las empresas serían democráticas por diseño, con decisiones tomadas entre personas y no por accionistas invisibles.
  • La propiedad se distribuiría de forma justa, con énfasis en el bienestar colectivo en lugar del enriquecimiento individual.
  • La tecnología estaría al servicio de la comunidad, no de los monopolios globales.
  • Los medios de comunicación serían cooperativas informativas, independientes y gobernadas por quienes informan y quienes se informan.
Recomendamos leer:   El examen

Este ejercicio imaginativo no es ingenuo. Nos permite ver con claridad que la “normalidad” capitalista no es natural, ni eterna, ni universal. Es una construcción. Y como toda construcción, puede cambiarse.

🔄 Lo que ganamos (y lo que evitamos)

Un mundo donde el modelo económico predominante fuera cooperativo no solo implicaría más justicia, sino también:

  • Menor desigualdad estructural, al evitar la concentración de la riqueza.
  • Mayor resiliencia económica, al priorizar necesidades reales sobre la especulación.
  • Democracia profunda, más allá del voto político: una democracia económica del día a día.
  • Sostenibilidad auténtica, basada en la corresponsabilidad y el cuidado del entorno.
  • Reducción de la precariedad, al poner en el centro a las personas trabajadoras, no al capital.

¿Y qué evitaríamos? Crisis financieras originadas por la especulación, corrupción ligada a la captura corporativa del Estado, guerras comerciales y explotación laboral masiva.

💡 Entonces, ¿por qué no es así?

Porque los sistemas de poder no sueltan fácilmente sus privilegios. Porque cambiar la base económica de una sociedad implica cuestionar profundamente sus valores culturales, sus instituciones políticas y sus mecanismos legales. Pero también porque, muchas veces, los propios movimientos cooperativos han asumido un papel demasiado modesto, limitado a “resistir” en vez de disputar el sentido común.

No basta con ser “alternativos”. El cooperativismo debe aspirar a ser el modelo hegemónico del futuro. No por imposición, sino por convencimiento. Por viabilidad ética, ecológica y humana.

📣 Cierre: La utopía como método

Imaginemos para transformar. Cambiar la pregunta —de “¿es viable una economía cooperativa?” a “¿por qué no lo es ya?”— nos permite abrir nuevas posibilidades. El papel del cooperativismo no es adaptarse al mundo tal como está, sino construir el mundo tal como podría ser.

Recomendamos leer:   La Educación Cooperativa, método infalible para el desarrollo y sustentabilidad del colectivo social

Las cooperativas no son un plan B. Son, en muchos aspectos, un plan A aún por desplegar.

y tu ¿Qué opinas?  espero tus comentarios y retroalimentación al final…


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Ramón Imperial Zúñiga
Author: Ramón Imperial Zúñiga

Socio fundador de Cooperativa PINOS y la Academia online 5to-Principio, Consultor en Cooperativismo y ESS especialista en Estrategia y Gobernanza, Reconocido escritor con 40 años de experiencia internacional en liderazgo cooperativo.

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Cecilia Blanco Álvarez
Cecilia Blanco Álvarez
8 abril, 2025 10:36 am

Completamente de acuerdo en qué debemos ser la base, que impulse las economías. Y ahora una pregunta?
¿Que debemos de hacer para que ésto suceda?

Julio Ley
Julio Ley
8 abril, 2025 11:25 pm

La doctrina cooperativa como fué concebida en sus orígenes tenía principios y valores con alto sentido humano y solidario.Las cooperativas hoy,principalmente las SOCAPS operan como banca comercial y sobreviven gracias a una falsa democracia y a la necesidad constante de los socios de dinero para cubrir sus necesidades básicas,que no cubren los salarios precarios que se pagan en México.Ante esa situación de simulación y falso cooperativismo es necesario transformar,legislar y regresar al espíritu del cooperativismo de origen,sancionar la simulación y la corrupción en las SOCAPs y regresarlas a una verdadera vida democrática.

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