Los Fundamentos de la Cooperación
La cooperación surgió como una respuesta a necesidades reales y en tal sentido puede asegurarse que su historia es la misma del hombre. “El cooperativismo, afirma Carlos Gide, no brotó del cerebro de ningún genio esclarecido, sino de la entraña misma del pueblo” que lo ha adoptado como una respuesta válida para darse los bienes y los servicios de que carece.
Con el tiempo, sin embargo, el cooperativismo ha venido depurándose en sus aspectos esenciales de la teoría y de técnica hasta conformar ahora la doctrina cooperativa y su práctica de acción en concordancia con el presente.
En este apartado trataremos cuatro aspectos históricos del cooperativismo: las ideas originales, lo teóricos, los primeros realizadores exitosos y la definición de cooperativa.
Ideas originales.
En la historia de la cooperación aparecen como primeras manifestaciones mutuales las siguientes, tal como las recuerda Carlos Uribe Garzón:
- Las organizaciones para la explotación de la tierra en común con los babilonios.
- La colonia comunal mantenida por los esenios en Ein Guedi a orillas del Mar Muerto.
- Las sociedades funerarias y de seguros entre los griegos y romanos.
- Los “ágapes” de los primeros cristianos como forma primitiva de cooperativas de consumidores.
- La vida gregaría entre los germanos.
- Las organizaciones agrarias y de trabajo entre los pueblos eslavos: el “Mir” y el “Artel” entre los rusos y la “Zadruga” de los servicios.
- La organización del trabajo y de la producción en el “Manoir” medieval.
- Las agrupaciones de campesinos para la transformación de la leche: “queserías” de los armenios y de los campesinos europeos de los Alpes, del Jura y de Saboya.
- Las organizaciones para el cultivo de la tierra y el trabajo en las civilizaciones precolombinas, principalmente entre los Incas (Ayllú) y los Aztecas (Calpulli). También la “Minga” y el “Convite”.
- Las “Reducciones” de los jesuitas en Paraguay.
- Las “Cajas de Comunidad” en la época de la colonia española en América, y
- Las colonias de carácter religioso de los inmigrantes en América del Norte.
Hubo sin duda otras manifestaciones que no la registra la historia; sin embargo, con éstas basta para demostrar el sentido gregario del hombre cuando aprecia el valor de los demás y que en conjunto puede mucho más que permaneciendo aislado.
Si comparamos ahora esas primeras experiencias con las actuales organizaciones cooperativas fácilmente se podría afirmar que distaban mucho de catalogarlas como tales, el fondo es el mismo y por eso las recuerda la historia de la cooperación.
Los teóricos de la cooperación.
En el caso de la cooperación se distinguen dos tipos de teóricos: los remotos y los recientes. Entre los primeros se ubica en la antigüedad a Platón (427-347 a. de C.) que en – La República—y otras obras defendió una concepción idealista del mundo y luchó contra las teorías materialistas de su época y en el Renacimiento se recuerdan a Tomás Moro (1478-1538) autor de –Utopía— donde critica la situación de su tiempo; Tomás Campella (1568-1639) quien en –La ciudad del sol— destaca los males que flagelan a la sociedades humanas y la contraposición entre ricos y pobres; Francisco Bacon (1561-1626) que en –La nueva Atlántida– representa el florecimiento económico de una sociedad ideal y años después Etienne Cabet (1788-1856) quien en su –Viaje a Icaria– intentó demostrar la superioridad de la sociedad socialista sobre la capitalista.
Casi todos estos personajes expusieron su pensamiento mediante novelas y ubicándose en un lugar ajeno y utópico, donde se daría un régimen de vida ideal en lo económico y lo social. Así censuraban sus respectivas sociedades y presentaban, aunque románticamente, la conformación de una convivencia justa y feliz para todos.
Los teóricos recientes, mejor conocidos como precursores, están mucho más emparentados con el cooperativismo tal como hoy se conoce. Éstos teorizaron, desde luego, y también trataron de practicar sus ideas, aunque sin fortuna. No obstante, conforman la infraestructura de la cooperación sistematizada. Hacemos un recuento de algunas personalidades más destacadas.
Roberto Owen (1771-1858). Rico industrial y filántropo inglés, desgató su salud y su fortuna en búsqueda de una vida mejor para los desheredados. Sus ideas básicas son: comunidad de posesión y de trabajo, combinación del trabajo intelectual y físico, desarrollo multilateral de la personalidad e igualdad de derechos.
Carlos Fourier (1772-1837). Llevó en Francia una vida solitaria y oscura, se dio a conocer por su crítica al régimen imperante. Sus obras principales fueron “Teoría de los cuatro movimientos y de los destinos generales”, “Teoría de la unidad universal” y “El nuevo mundo industrial y social”.
Guillermo King (1786-1865). Médico de Brighton, Inglaterra, el doctor King expresó una buena parte de su pensamiento por medio de “El Cooperador”, periódico que redactó personalmente. En 1827 fundó una cooperativa de consumo y seguidamente propició la creación de otras más hasta sumar unas 300.
Felipe Buchez (1796-1865). Periodista, historiador y político se afirmó como una personalidad de gran fuerza. Nació en Bélgica, tanto allí como en Francia desplegó una notable actividad en favor de la doctrina cooperativa aplicada a la industria pequeña o artesanal. Se considera el fundador de las cooperativas de trabajo y su experiencia, aunque transitoria, subsanó algunas dificultades de ese tipo de entidades, como la calidad fusionada de socio y trabajador, el carácter democrático, la distribución de excedentes y el destino desinteresado del remanente en caso de disolución de la sociedad.
Los realizadores.
Pioneros de Rochdale. La tienda cooperativa abierta en 1844 en el Callejón del Sapo por lo Justos pioneros de Rochdale, como ellos mismos se denominaron, es el primer caso de éxito cooperativista de la historia. El 25 de noviembre la cooperativa alquiló por un año un local modesto en Toad Lane (callejuela de los sapos) y el 24 de octubre fueron certificados los estatutos de la Sociedad. Adquirieron algunos cuantos artículos como harina, mantequilla, azúcar y avena y el 21 de diciembre de 1844 el local abrió sus puertas ante la incomprensión de los vecinos.
Estos principios fueron adoptados también por las cooperativas de producción y sirve de base ahora a todo el cooperativismo mundial. Sin embargo, el cooperativismo de crédito se originó en Alemania, principalmente por el abogado Herman Schultze-Delizsch (1808-1883) quien difundió sus ideas principalmente en el medio urbano y por el alcalde Federico Guillermo Raiffeisen (1818-1888) que las propagó con espíritu cristiano preferentemente en el medio rural. Estos dos movimientos subsisten en la actualidad y se han extendido prácticamente por todo el mundo.
Así surgió el cooperativismo como doctrina socioeconómica, comenzando con las ideas fundamentales, las cuales fueron después teorizadas por unos críticos de sus respectivas realidades, para después traducirlas en principios y normas que permitieran operar unas sociedades donde se aplican los postulados doctrinarios.
Definición de Cooperativa.
Se define como cooperativa a una organización formada por personas con intereses comunes, que aspiran la obtención de productos o servicios en condiciones de justicia como fruto de su colectividad gobernada por ellos mismos.
La Alianza Cooperativa Internacional confiere el siguiente significado universal a la palabra “cooperativa”, independientemente del tipo de servicios y operaciones que ésta realice:
“Una cooperativa es una asociación autónoma formada por personas unidas voluntariamente para satisfacer sus necesidades económicas, sociales y culturales comunes, por medio de una empresa de propiedad compartida gobernada democráticamente”.
Esta definición es intencionalmente, una declaración mínima; por tanto, no es una descripción de la cooperativa “perfecta”. Por consiguiente, intencionalmente es amplia en su campo de acción, al reconocer que los socios de los diferentes tipos de cooperativas estarán involucrados de distintas formas y que los socios deben tener cierta libertad al organizar sus asuntos. Se espera que esta definición sea útil.
La definición recala las siguientes características de la cooperativa:
- La cooperativa es “autónoma”. Esto significa que es tan independiente del gobierno y las empresas privadas como sea posible.
- Es una “asociación de personas”. Esto significa que las cooperativas tienen la libertad de definir “personas” en cualquier forma legal que escojan. Muchas de las cooperativas primarias alrededor del mundo admiten sólo seres humanos individuales. Muchas otras cooperativas primarias admiten “personas jurídicas”, que en muchas jurisdicciones incluyen compañías a las que se les conceden los mismos derechos que a cualquier otro socio. Las cooperativas de otro nivel que el primario, en su mayoría, son propiedad de otras cooperativas. En todos los casos, la naturaleza de su práctica democrática es un asunto que debe decidir sus asociados.
- Las personas están unidas “voluntariamente”. Asociarse a una cooperativa no debe ser obligatorio. Dentro de los propósitos y recursos de las cooperativas, los socios deben ser libres para unirse o irse.
- Los socios de una cooperativa “satisfacen sus necesidades económicas, sociales y culturales”. Esta parte de la definición recalca que las cooperativas las organizan sus socios, para su beneficio individual y mutuo. Normalmente, las cooperativas deben funcionar dentro del mercado y entonces deben ser administradas eficiente y prudentemente. En su mayoría, existen principalmente para satisfacer sus fines económicos, pero también tienen objetivos sociales y culturales. “Social” quiere decir, la satisfacción de sus objetivos sociales, tal como la provisión de servicios de salud o de guardería. Tales actividades deben ser conducidas de una manera económica para que provean el tipo de servicio que beneficia a los socios. Las cooperativas pueden abarcar metas culturales de acuerdo con los intereses y deseo de los socios; por ejemplo, asistir en la promoción de una cultura nacional, promoviendo la paz, patrocinando deportes actividades culturales, y mejorando las relaciones de la comunidad. En verdad, en el futuro ayudando a proveer una mejor manera de vivir cultural, intelectual y espiritual-, puede convertirse en una de las maneras más importantes por lo cual las cooperativas pueden beneficiar a los socios y contribuir a sus comunidades.
- La cooperativa es “una empresa de propiedad compartida gobernada democráticamente”. Esta frase se recalca dentro de las cooperativas, se distribuye el control entre los socios sobre una base democrática. Estas dos características de propiedad y gobierno democrático son especialmente importantes al diferenciar las cooperativas de otro tipo de organizaciones, como las empresas controladas por el capital o por el gobierno. Cada cooperativa es también una “empresa” en el sentido que es una entidad organizada, que funciona normalmente en el mercado; debe, por lo tanto, esforzarse para servir a los socios eficiente y eficazmente.
Si se observa no sólo la cooperativa se enfoca en el aspecto económico, la participación de ésta es aún más importante, porque contribuye a un desarrollo de los socios y de la comunidad, fomentando y aplicando prácticas que impulsan el mejoramiento económico, social y cultural a nivel local, nacional y regional.
Bibliografía de consulta: Eguía, F. (2002). ABC de la Cooperación, segunda edición. México